“Familia núcleo fundamental de nuestra sociedad que el Estado está obligado a proteger y defender” Mons. Jesús Juárez
27.12.2020//CENACOM// En la solemnidad de la Sagrada Familia, Monseñor Jesús Juárez, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Sucre, resalta que la familia es el núcleo fundamental de nuestra sociedad y el Estado está obligado a protegerla y defenderla con políticas de Estado que no estén al arbitrio de los gobiernos de turno.
“Es urgente promover la cultura de la vida y rechazar toda acción que lleva a la muerte como el aborto o la eutanasia. Bolivia cree en un Dios que es el Dios de la Vida. La familia es una comunidad de fe, vida y amor que pide un espacio para el desarrollo integral de sus miembros. La familia es la primera escuela de valores y virtudes para sus hijos; educadores y formadores de su personalidad, que como hemos escuchado deben revestirse de sentimientos de misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión, perdón, amor, gratitud, respeto y tolerancia” (cf. Col 3, 12)”.
HOMILIA MONSEÑOR JESUS JUARES
SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA
La celebración litúrgica de este domingo 27 de Diciembre nos invita a volver nuestra mirada a la ciudad de Galilea llamada Nazaret para contemplar a la Sagrada Familia de Jesús, María y José como modelo de vida para las familias del Siglo XXI. La Palabra de Dios que ha sido proclamada y acogida con fe en nuestros corazones, nos presenta un modelo de convivencia familiar, un programa para las relaciones familiares y una brújula orientadora que nos lleva al cumplimiento de la ley de Dios y a la aceptación del Plan trazado para nuestras familias. Nazaret es el lugar donde Jesús crecía en sabiduría y gracia delante de Dios y los hombres. En obediencia y libertad manifestando su cariño, amor y respeto a sus padres. También era notoria la admiración de sus habitantes por María y José, modelos de vida familiar según el plan de Dios trazado para ellos en la historia de Salvación. José, hombre justo, servidor fiel y prudente, esposo de María, llamado por Dios para cuidar del niño Jesús y haciendo las veces de padre, fue puesto al frente de la familia. María, alegría del hogar de Nazaret, la Virgen del “Sí” que esperó al Salvador en amor inefable de madre convirtiéndose en la primera discípula y misionera del concebido por obra del Espíritu Santo. Mujer servidora y atenta a toda necesidad. Madre que ora y escucha, modelo de amor y entrega. La familia es el núcleo fundamental de nuestra sociedad y el Estado está obligado a protegerla y defenderla con políticas de Estado que no estén al arbitrio de los gobiernos de turno. Es urgente promover la cultura de la vida y rechazar toda acción que lleva a la muerte como el aborto o la eutanasia. Bolivia cree en un Dios que es el Dios de la Vida. La familia es una comunidad de fe, vida y amor que pide un espacio para el desarrollo integral de sus miembros. La familia es la primera escuela de valores y virtudes para sus hijos; educadores y formadores de su personalidad, que como hemos escuchado deben revestirse de sentimientos de misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión, perdón, amor, gratitud, respeto y tolerancia” (cf. Col 3, 12). La familia “iglesia doméstica”, donde se aprende a orar, leer y meditar la Palabra de Dios, a participar en las celebraciones litúrgicas y cultivar la solidaridad. Como hemos escuchado en el Santo Evangelio, la familia tiene que ser Luz, a ejemplo de Cristo, Luz de las Naciones e iluminar todas las fases de la vida familiar. La Palabra, el Emmanuel que puso su casa entre nosotros, quiere caminar junto a nuestras familia, hacer de ellas el tempo de su morada, y ayudarnos en estabilizar el amor y la fidelidad; el perdón y reconciliación; y dialogando en el hogar, encontrar la paz y serenidad que todos anhelamos. Sin duda estas son las ideas sobre la familia que debemos recordar, aunque suenen a utopía, porque ellas nos mostrarán hacia dónde vamos: La familia es núcleo fundamental de la sociedad. La familia es comunidad de vida y amor. La familia es Iglesia doméstica. La familia es Templo, morada de Dios. La familia es testigo de la luz de Cristo. Nosotros los obispos, sus pastores, expresamos nuestra cercanía, nuestro cariño junto con la oración para que toda la familia sea bendecida, que los padres imiten a San José, las madres a la Virgen María y los hijos al niño y joven Jesús de Nazaret. Que así sea.