Divorcios

En Sucre, por cada matrimonio hay una demanda de divorcio

LOS TRÁMITES EN LOS JUZGADOS AUMENTARON CON LA LEY Nº 603.

Durante el primer trimestre hubo 304 casamientos y 287 solicitudes de divorcio.

Durante el primer trimestre de 2019, en Sucre, por cada matrimonio que se celebró hubo una demanda de divorcio, lo que pone en evidencia, más que nunca, la crisis de la institucionalidad del matrimonio.

Ya en 2014, el Comité Pro Familia advertía que siete de cada diez casamientos terminaban en divorcios en Bolivia.

Según los datos del Servicio de Registro Cívico (Serecí), en el primer trimestre de este año, en la ciudad de Sucre se registraron 304 bodas, lo que representa un promedio de 3,3 por día

Esas cifras contrastan con los divorcios. De acuerdo con la información del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de Chuquisaca, en la capital, durante ese mismo periodo, ingresaron 287 solicitudes de divorcio, a un promedio de 3,2 por día.

Los datos son elocuentes y muestran una situación preocupante para la sociedad: la institucionalidad del matrimonio está en crisis, sostiene el juez 4º de Familia de la Capital, Wilfredo Núñez.

Para la autoridad jurisdiccional, que lleva varios años como juez de familia, las solicitudes de divorcio aumentaron con la vigencia de la Ley Nº 603, promulgada el 19 de noviembre de 2014, y eso llevó a que la institucionalidad del matrimonio se debilite aún más.

Recuerda que para la desvinculación matrimonial, el antiguo Código de Familia establecía ciertas formalidades y requisitos. Eso hacía que las parejas, en medio del pleito, tuvieran espacios para reflexionar y recomponer la relación matrimonial.

Incluso, señala Núñez, los jueces estaban facultados para reflexionar a las parejas. “Ahora, no”, recalcó al sostener que para divorciarse es suficiente la voluntad de una de las partes, ni siquiera de ambas. Precisó que el artículo 440, inciso E, prohíbe al juez reflexionar a la pareja con fines de rearticulación de la familia.

“Ahora se carece de formalidades. De la noche a la mañana si uno quiere divorciarse, está divorciado por la sola voluntad”, enfatiza.

Explica que en los procesos de divorcio hay personas, hombre o mujer, que manifiestan su oposición al divorcio, “pero eso es lo que menos le interesa a la normativa”.

¿POR QUÉ SE DIVORCIAN?

El psicólogo John Gottman, entrevistado por la revista norteamericana Business Insider, señala que existen dos patrones de comportamiento que se reconocen en parejas que están a punto de darle fin a su matrimonio.

El primero, el ciclo negativo (divorcios tempranos) es el más común y está ligado a parejas que desde el comienzo del matrimonio ingresan en un ciclo negativo en el que los conflictos no pueden ser superados, y los problemas se suceden uno tras otro hasta que desembocan en una sola salida: la ruptura definitiva.

El segundo, el ciclo de “estar de acuerdo en no estar de acuerdo” (divorcios tardíos) se manifiesta cuando la pareja puede llegar a perdurar por más de 15 años y logra aprender a convivir dentro del ciclo negativo, es decir, no se superan los conflictos pero existe un “acuerdo en no estar de acuerdo”, señala el psicólogo.

Según Gottman, en este caso la pareja empieza sus problemas cuando los hijos son adolescentes y despiertan pensamientos del tipo “cuando tenía esa edad soñaba con grandes cosas”, lo que provoca inconformismo con la situación actual y deriva en la ruptura.

¿CÓMO EVITAR?

El Juez 4º de Familia de la Capital cree que las parejas se rompen porque acumulan sus problemas y no los resuelven en su debida oportunidad. “Llega a algo tan grande que no pueden resolverlo, hay una falta de previsión”, apunta.

Por ello recomienda acudir en busca de ayuda psicológica y someterse a terapias con la finalidad de superar la crisis. Sin embargo, observa que esta forma de solucionar los problemas matrimoniales no está difundida y las parejas en crisis son las que menos se animan a buscar ayuda externa.

De hecho, Núñez cuestiona al Estado por no ofertar herramientas que ayuden a salvar el matrimonio que, en sus palabras, se constituye en la esencia de la familia.

 

[Fuente: Correo del Sur (10-06-2019)]