Hoy es fiesta de San Pantaleón, médico mártir cuya sangre se vuelve líquida
Era hijo de madre cristiana, pero se dejó llevar por la vida del mundo pagano y rechazó la fe. Pantaleón llegó a ser un prestigioso médico.
Un buen cristiano de nombre Hermolaos lo animó a que conociera “la curación proveniente de lo más alto” y lo llevó a la Iglesia. De esta manera, poco a poco se entregó al servicio de Cristo atendiendo a sus pacientes en Nombre del Señor.
El emperador quería salvarlo en secreto y le dijo que renunciara a su religión, pero Pantaleón se negó y con la ayuda de Dios curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe.
De esta manera, el santo que una vez negó sus creencias, fue condenado a ser decapitado junto a sus compañeros. Partió a la Casa del Padre un 27 de julio a inicios del siglo IV, a la edad de 29 años.
Se dice que trataron de matarlo de seis formas diferentes: con fuego, plomo fundido, ahogándolo, tirándolo a las fieras, torturándolo en una rueda y atravesándole una espada. Pero con la ayuda del Señor resultó ileso. Cuando fue decapitado, el árbol, donde ocurrió el martirio, floreció al instante.
En esta ciudad española, su sangre permanece en estado sólido casi todo el año y se produce el milagro de la licuefacción (se vuelve líquida) cerca de la fiesta litúrgica del Santo. Fecha en la cual, las religiosas abren las puertas al público para que aprecien el hecho.