Editorial -Correo del Sur-: “Guadalupe, ¿fiesta consolidada?”
Como viene ocurriendo desde hace 33 años, nuestra ciudad celebra este fin de semana la Entrada Folclórica en homenaje a su patrona, Nuestra Señora de Guadalupe, la “Mamita Gualala”, como ha querido llamarla la devoción popular.
En el caso estrictamente religioso, nos encontramos ante una tradición larga y fuertemente enraizada, que nacida de la conjunción sincrética de elementos ibéricos e indígenas, cristianos y paganos, ha sido transmitida de generación en generación, aunque experimentando, naturalmente, las modificaciones propias del espíritu de cada época.
Empero, recapitulando la historia de tales transformaciones, comprobamos que corremos el riesgo de que el sentido de esta fiesta llegue a distorsionarse y desdibujarse, si se lo confunde con un acontecimiento meramente comercial o, inclusive, con una oportunidad para dar rienda suelta a todo género de excesos.
Estas erróneas percepciones, no solo que se encuentran completamente alejadas del alcance y valor originales de la celebración, sino que además poco contribuyen al todavía tibio intento de posicionar a Sucre como un destino turístico.
No es que a la ciudad le falten condiciones, y menos a su fiesta folclórica que, pese a tener similitudes con otras del resto del país, tiene entre las agrupaciones de bailarines y las delegaciones municipales exponentes de lujo de la riqueza folclórica nacional.
Sin embargo, poco se ha hecho durante los últimos años para consolidarla como un atractivo turístico: la Asociación de Conjuntos Folclóricos, una de las principales organizadoras, sigue sin encontrar puntos de encuentro con las autoridades en una pugna que no contribuye a poner orden; las graderías que todos los años se arman en la plaza 25 de Mayo están lejos de ofrecer las condiciones adecuadas al público, no hay una promoción anticipada, los excesos empiezan en el convite y la lista sigue.
Si bien este año se ha anunciado un plan de control y se ha dado un paso importante al apostar por un programa de septiembre que, con otras actividades, realza el aniversario de fundación de Chuquisaca, está claro que falta mucho por hacer.
La fiesta parece crecer por inercia. Si queremos que la celebración de la Virgen de Guadalupe deje de ser una más de tantas entradas folclóricas o fiestas civiles que hay en el país, corresponde trabajar para ello.
Valdría la pena que las autoridades municipales, religiosas, culturales y turísticas de la ciudad se decidan a encarar una revalorización de la fiesta de la Virgen, procurando revertir la actual tendencia a dejar atrás sus rasgos tradicionales y el desorden que todavía impera en la organización. Se trata de una tarea en la que por supuesto deben participar los bailarines, siempre pensando en el bien mayor y en la resonancia turística y económica que la fiesta folclórica puede tener en la ciudad.
Estamos seguros de que dicha revalorización, unida a criterios de mayor eficiencia organizativa y comunicacional, podría garantizar un mayor ahondamiento en la vivencia colectiva de su significado y en la comprensión de sus raíces históricas.
[Fuente: Correo del Sur (14-09-2019)]
[Imagen: CENACOM]