Con ganas de perdonar

Mons. Jesús Pérez: “Con ganas de perdonar”

…este Dios se siente alegre cuando nos perdona. Dios cree en las personas y espera como el padre de la parábola del Evangelio de este día.

Cada día me convenzo más, que apenas conozco a Dios, mi Padre, mi redentor, mi creador y el que más me quiere. Conozco todos esos títulos de Dios Padre y muchísimos más, como la Biblia me da a conocer. Y me son muy familiares y me ayudan diariamente y me animan a seguir a Jesús que es la manifestación viva del rostro misericordioso de Dios, Padre, rico en misericordia y sumamente compasivo. Pero Dios me sorprende constantemente cuando leo su palabra y oro, pues el amor de Dios me busca de todas formas y en todas partes. Hoy la Palabra de Dios, en las tres lecturas de este domingo, me sorprende, porque Dios tiene ganas locas de perdonarme y mostrarme su ternura. ¡Cuán difícil es para muchos cristianos convencerse de que las ganas de perdonar nacen mucho antes en Dios que en nosotros mismos! Por ello, queridos hermanos y amigos, con gran amor les digo: saboreen profundamente estos textos de la Biblia que la liturgia dominical nos da hoy… “Solo se sabe, lo que se vive”.

La primera lectura, tomada del Éxodo, nos presenta a Moisés en el monte Sinaí, en un perfecto diálogo de amigo con Dios. Ante la tardanza de Moisés, que no baja de la montaña, el pueblo cometió un tremendo pecado, la creación de un ídolo, el becerro de oro.  Dios manifiesta su voluntad de exterminar al pueblo. Dios se queja a Moisés, pues tan pronto olvidaron las grandes maravillas que Dios les había hecho para liberarlos de la esclavitud de los faraones. Pero Moisés intercede por el pueblo, a quien llama, dirigiéndose a Dios: “tu pueblo”, “el que tú sacaste de Egipto”. Apela a la amistad que Yahvé tuvo con Abrahán, Isaac y Jacob, y le recuerda las promesas que les había hecho y que ahora se verán frustradas si extermina al pueblo. “Y el  Señor se arrepintió de la amenaza”. Ese es el Dios de los israelitas, de los cristianos y de todos los que siguen las enseñanzas de Cristo.

En el pasaje de Pablo, en la segunda lectura de hoy, de la carta a Timoteo, que escucharemos siete domingos, muestra, en una especie de confesión general, su gratitud a Cristo Señor. La gratitud por haberlo elegido precisamente a él -que había sido “un blasfemo, un perseguidor y un violento”- como pregonero del Evangelio. Se siente perdonado y  feliz. Por eso mismo, se abre totalmente al Señor Jesús y a la confesión pública. Cristo viene al mundo para salvarnos a todos.

Los cristianos sabemos que somos pecadores y, que a pesar de nuestra situación deficitaria, tenemos un Dios justo y misericordioso que nos perdona siempre. Jesús, en el Evangelio de hoy, nos regala tres parábolas maravillosas que son el retrato de Dios que es rico en misericordia y compasivo. Por ello va en busca de nosotros, para darnos su perdón y hacernos felices con el perdón de todos nuestros pecados. Y, este Dios se siente alegre cuando nos perdona. Dios cree en las personas y espera como el padre de la parábola del Evangelio de este día.

Sucre, 15 de septiembre de 2019

Fray Jesús Pérez Rodríguez, OFM.

Arzobispo emérito

[Imagenforumlibertas.com]