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Evo violó constantemente la Carta Magna y Añez no debió postularse. Entrevista al nuevo Arzobispo de Sucre

Es el nuevo Arzobispo de Sucre. Habla de temas polémicos que marcaron los últimos años de la Iglesia, como la pedofilia y el celibato. También pidió a los políticos pensar sobre todo en el bien común.

El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Ricardo Centellas Guzmán, es ahora el nuevo Arzobispo de Sucre. Hace más de 15 días El Vaticano le informó de su cambio, pero hasta el nombramiento de su reemplazo como obispo de Potosí, su traslado pleno a la Ciudad Blanca debe esperar.

Monseñor Centellas, un fanático de The Strongest, y que jugó fútbol en sus tiempos mozos en Chapare, ya es conocido en el país y su voz sacó de sus casillas más de una vez al gobierno de Evo Morales, que lo mandó a rezar a los templos “en lugar de hacer política”, tal como lo hicieran los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro, Hugo Banzer y Gonzalo Sánchez de Lozada con los obispos Julio Terrazas, Luis Sáenz y Tito Solari,  cada vez que éstos alzaban su voz de protesta ante situaciones de violaciones a los derechos humanos.

Centellas viene de Suquistaca, un pueblo pequeño de Cinti. Una de sus  hermanas fue religiosa de la Sagrada Familia durante 20 años y su hermano mayor es sacerdote y desempeña su misión en Potosí.

Pero el sueño de Centellas no era ser sacerdote. Hasta que salió bachiller, nunca se le pasó por la cabeza esa posibilidad. Él quería estudiar algo relacionado a las telecomunicaciones, quizá influenciado por el oficio de su padre, que era telegrafista. Y con esa idea se fue a Cochabamba –junto a su hermano– durante la dictadura de Luis García Meza.

Cuando llegó a la capital del Valle, las universidades del país fueron cerradas. Se quedó “en la calle”, sin nada que hacer. Eso le forzó a ir a Chapare a trabajar y, al mismo tiempo, a jugar contratado por el equipo Senda B con el que jugó por Ivirgarzama y Shinahota. “Jugué en Senda B cuando no había ni pizca de coca. Cinco años después la cosa cambió totalmente”, recuerda.

Por jugar fútbol le pagaban la comida y estadía, y el resto del tiempo lo dedicaba al cuidado de té. “Había grandes extensiones de sembradíos de té y tenía que cuidar para que la yerba no crezca más rápido que el té. Trabajé también cosechando plátanos por unos cinco o seis meses. Del cuidado del té y del traslado del plátano me pagaban. Sacábamos el plátano en carretilla”, cuenta.

De hablar pausado y de una gran capacidad para escuchar, en el seminario San José de Cochabamba –donde estudió filosofía y teología entre los 80 y 90–, era el líder del grupo de estudiantes de Nor Cinti. El párroco de Camargo, Otto Strauss, le encomendaba a él la tarea de ser el guía de los jóvenes seminaristas. Desde siempre fue muy respetado en el seminario, en la parroquia y donde iba.

Ahora está al frente de la Iglesia Católica del país. En varios momentos interpeló al gobierno de Evo Morales por violar la Constitución. Y no está de acuerdo con que Jeanine Añez se haya postulado.

Usted no pensaba ser sacerdote. ¿En qué instante decidió dar ese paso? 

Visité a mi hermano en Cochabamba. Él ya estaba en el seminario. Monseñor Edmundo Abastaflor, que era sacerdote y estaba de rector, me invitó a quedarme en el seminario para ver qué me parecía. “Hablamos después de una semana”, me dijo. Estuve unos 10 o 15 días. Entonces, pedí que me inscriban en la universidad. Y el 81 Abastoflor me pidió que fuera a mi parroquia (Camargo), cuando yo ni sabía exactamente qué era una parroquia.

Entonces, ¿ese tiempo de permanencia en el seminario fue determinante…?

Me fui a Camargo y comencé a ver un poco lo que es un sacerdote, como el padre Otto Strauss. Eso fue el 81. Estuve hasta enero del 82 y en febrero o marzo de ese año comencé a ver lo que hacía el padre Otto. Le acompañaba en sus giras. Veía cómo ayudaba a la gente y el servicio que hacía. Me gustó y decidí comenzar. Yo, hasta entonces, nunca fui ni monaguillo  ni catequista ni cercano a la Iglesia. Era un joven que buscaba otras cosas en la vida. Ese acompañamiento al trabajo del padre Otto me cambió y el 82 me fui al propedéutico en Sucre. Desde entonces, poco a poco fui descubriendo la importancia de trabajar por la causa de Jesús.

¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como Arzobispo de Sucre?

Me enteré más o menos hace 15 días. Cuando me preguntaron, dije que no tengo problema que me cambien y que me pongan a otro lugar de servicio, porque el compromiso que asumí al ordenarme sacerdote en 1988 fue entregar mi vida al servicio de la Iglesia sin ninguna condición.

¿Y qué significa, qué implica ser Arzobispo de Sucre?

Prácticamente un cambio de lugar y eso no tiene mayor significado, porque la diferencia entre obispado y arzobispado es sólo la antigüedad. Las jurisdicciones más antiguas son arzobispados y las más nuevas, obispados. Pero en cuanto a trabajo, Sucre incluso implica menos porque Potosí tiene 118 mil km2, el doble de Sucre.

En los últimos años un tema ha sacudido la credibilidad de la Iglesia Católica: la pedofilia.

El tema de la pedofilia comenzó con Benedicto, quien lo sacó a luz. Ese tema siempre existía, pero siempre estaba tapado, y como Benedicto lo hizo público, el papa Francisco continuó. Francisco convocó en Roma a una cumbre en febrero del pasado año para tratar el abuso a menores por parte de sacerdotes. En esa cumbre y en otros ambientes de la Iglesia se estableció que esto es real y doloroso, y el camino es cero tolerancia, cero encubrimiento. Sólo así se puede curar esta herida. Actualmente la Iglesia está en esa línea.

El celibato sigue siendo un tema muy sensible para la Iglesia  y  ha comenzado a ser debatido nuevamente a raíz de la escasez de sacerdotes en la Amazonia.

Este tema es muy antiguo. El celibato comienza en el siglo IV en la Iglesia. Siempre ha habido problemas, necesidades de sacerdotes. Yo estuve en el Sínodo sobre la Amazonia y ahí salió la necesidad de afrontar la escasez o crisis vocacional que actualmente vive la Iglesia. En todos los países hacen falta sacerdotes, excepto en algunos de Asia.

En la Amazonia faltan muchos agentes pastorales. Y ya se presentó la carta, y la cosa va por buscar cuál es el camino más adecuado para afrontar esta crisis de falta de sacerdotes. Y en la carta el papa Francisco dice: “Tenemos un problema esencial en la Iglesia y no busquemos caminos alternativos desde la superficialidad, desde lo accidental”.

¿Y cuál es el camino?

Hay que afrontar el problema del sacerdocio buscando otros sacerdotes. Trabajar en campañas vocacionales, en un seguimiento personal a los jóvenes que quieren abrazar el sacerdocio, y luego trabajar en un modelo sacerdotal lejos del poder, lejos del centralismo, porque actualmente este centralismo y este poder conllevan un fuerte clericalismo. Creo que sacerdotes casados o sacerdotisas, en el modelo actual y estructura que tenemos, no será una solución para superar el clericalismo que hace tanto daño a la Iglesia.

¿La Iglesia Católica tiene menos misioneros que antes?

En la Iglesia universal hay una crisis vocacional y de sacerdotes. Los misioneros que llegaban a Bolivia se han reducido increíblemente y la crisis no sólo es en Bolivia. Antes España nos mandaba 100 o 200 sacerdotes, ahora son 20 o 50, nada más.

¿Cuántos sacerdotes hay en Bolivia actualmente?

En Bolivia hay 560 sacerdotes diocesanos. Lo ideal sería 1.000. Y hay otro tanto de religiosos, pero ellos no son permanentes. Estamos ante el desafío de superar esa cifra. Lo que sí ha bajado es el número de seminaristas: de 600 que había hace 30 años ahora son alrededor de 100.

La Iglesia siempre ha tenido roces con los gobiernos de turno. Víctor Paz Estenssoro, Gonzalo Sánchez de Lozada y Evo Morales mandaban a los obispos a rezar cuando ellos alzaban su voz para denunciar algún abuso o corrupción. ¿La Iglesia debía dedicarse a los templos?

La Iglesia tiene una misión muy clara: ser fiel a la palabra de Dios. Y en esta su misión, indudablemente la Iglesia interpreta la palabra de Dios y la actualiza. Eso quiere decir que la palabra de Dios es para leerla, meditarla, pero en el contexto actual. Nosotros, al caminar con el pueblo, al servirlo, no buscamos ninguna gloria, ningún beneficio propio. Caminamos con el pueblo porque consideramos que es nuestra misión. Y al confrontar (la realidad) con la palabra de Dios, jamás se puede aceptar el aumento de los signos de muerte, la corrupción; jamás se puede aceptar que sólo unos cuántos crezcan principalmente económicamente, mientras la gran mayoría intenta sobrevivir. Por eso no nos interesa quién esté en el gobierno, a nosotros nos interesa que en Bolivia haya mejores condiciones de vida para todos. Esta lectura nos permite ser siempre críticos en cualquier etapa de la historia de Bolivia.

La relación de la Iglesia con el gobierno de Evo Morales ha sido muy conflictiva. Además de sacar la Biblia de Palacio, Evo Morales intentó hacer con la Iglesia lo que hizo con todas las organizaciones sociales: dividirla.

La relación con el gobierno de Morales no ha sido muy cercana. Cuando se empezó a trabajar en la Asamblea Constituyente para tener una nueva Carta Magna, nosotros hemos sido los primeros en presentar por escrito nuestra propuesta para que la Iglesia esté libre y tenga autonomía con respecto a la cuestión gubernamental. La antigua Constitución le daba ciertas ventajas y nosotros fuimos los primeros en sugerir que se cambie eso.

Si bien hemos sufrido porque nos quitaron los ítems, en la vida se puede caminar de distintas maneras. Yo creo que la relación con el gobierno podría ser más estrecha para que varias cosas vayan adelante. Tenemos tantas unidades educativas, tantos internados, comedores, que han tenido que desaparecer o tienen mal servicio porque el gobierno nos quitó todo apoyo. Y eso no es algo que favorece a la Iglesia, sino que va en contra del pueblo.

¿Y sobre el retiro y el retorno de la Biblia a Palacio?

Lo importante no es que salga o entre la Biblia a Palacio, lo importante es que entre y que se respete la Constitución, porque en estos 14 años prácticamente ha habido una ausencia de respeto a la Constitución Política. No había Estado de Derecho. Cualquier gobierno lo primero que tiene que hacer es aprender a respetar la Constitución y caminar según lo que está escrito en la Constitución. Esto es lo fundamental. La Biblia  puede o no estar en Palacio.

¿Evo violó la Constitución?

Evo violó la Constitución no una vez, sino continuamente.

Dentro de la Iglesia hay voces como la suya que cuestionaron el accionar de Morales, pero dentro de la Iglesia también hay voces que lo apoyaron, como la del Cardenal Toribio Ticona.

La Conferencia Episcopal Boliviana tiene una característica cuasi tradicional, de sentirnos hermanos, cercanos, lo que permite que en la CEB exista una comunión. Eso no significa que todos pensemos lo mismo. No significa que no tengamos opiniones y visiones distintas. Por supuesto que cada uno tiene una visión distinta, pero al momento de decidir, como Iglesia, algo en relación a Bolivia o a algún tema particular  hay unanimidad.

En noviembre reciente la Iglesia ha vuelto a jugar un rol importante. Era un momento crucial  y junto a la Unión Europea  ayudó a pacificar el país. ¿Cómo vivió usted esos momentos?

Si no se respetan en un mínimo los derechos humanos, ¿quién gobierna en este país? En estos últimos conflictos, cuando vi este ataque inminente y directo a las delegaciones de Potosí, yo dije que “si aquí hay libertad para matar y herir a los hermanos”, estamos sin gobierno. En un país el gobierno tiene la alta responsabilidad de cuidar la vida humana, la vida de todos y no de unos cuantos.

Como todo boliviano, viví esos momentos con mucha tensión, pero con la esperanza de encontrar alguna salida, yo estuve en permanente contacto con los mediadores de la Iglesia para que el diálogo vaya adelante. La violencia no podía crecer  y trabajamos para eso.

Hay quienes afirman que si Evo Morales respetaba el 21F, si evitaba el fraude, no hubiera habido tantos muertos ni tanta pérdida de dinero (comicios anulados). A pesar de eso, Evo quiere ser senador. ¿Qué opina?

Creo que es una decisión inadecuada, porque dada su situación y por cómo se han ido dando las cosas en los 14 años, él tendría que tener un poco de criterio y alejarse de todo lo que es la cuestión política. En estos momentos (Evo Morales) no es un aporte, más bien perjudica la marcha y la reorganización del país.

Jeanine Añez siempre descartó su postulación como candidata. Sin embargo, decidió hacerlo. ¿Está de acuerdo?

Ojalá que esta etapa de transición en el país se encamine a buen puerto. Es una etapa muy corta, por lo que  lo fundamental será el próximo gobierno de cinco años. La próxima etapa sí será de una verdadera transición, en la que se deben establecer acuerdos y darse las orientaciones adecuadas para revertir lo que Bolivia ha vivido en la última etapa de su historia.

¿Y sobre la postulación de Añez a la Presidencia?

Por supuesto que es contradictorio. Yo no me voy a la cuestión de si tiene o no derecho de postularse, sino me voy a la cuestión de si tiene la responsabilidad única de llevar adelante un gobierno de transición. Eso ya no se hará. Como cuestión de principios, hay contradicción, y cuando hay contradicción, no puedo estar de acuerdo.

Hoja de Vida

  • Inicios Nació el 7 de noviembre de 1962 en Suquistaca (parroquia de Camargo),  provincia Nor Cinti, del departamento de Chuquisaca.
  • Familia Proviene del  seno de una familia de nueve hermanos. Una de sus hermanas fue religiosa y su hermano es sacerdote en Potosí.

[Fuente: Página Siete – Alcides Flores M. /  La Paz]