Sí a la vida

Mons. Jesús Pérez: “El SÍ a la vida”

Un grano de amor crea más vida que toneladas de fría inteligencia…

Arquidiócesis de Sucre 7-11-18//Comenzamos el mes de noviembre que nos conduce al final del año litúrgico. El primero celebramos, el día todos los Santos y el dos la conmemoración de los Difuntos. Esta fiesta ha caído en el fenómeno de la globalización, que caracterizan nuestros tiempos y de una manera u otra, creyentes y no creyentes hemos reflexionado sobre la vida eterna, la que nos ofrece Jesús. La religión cristiana es la religión del SÍ a la vida basada en el amor entre todos.

La primera lectura de ese domingo, tomada del libro del Deuteronomio, y el evangelio de Marcos, resaltan el amor como esencia de la religión. Por ello, tendríamos que estar agradecidos a aquel hombre que hizo la pregunta a Jesús y le dio la oportunidad de aclarar cual es el primero y el más importante de los mandamientos. La consigna de Jesús es el amor en dos direcciones: el primer mandamiento es amar a Dios sin retaceos ni restricciones. Amar a Dios significa escucharlo, adorarlo, encontrarse íntimamente a través de la oración, obedecer su voluntad y amar con el corazón y a todo lo que él ama.

El segundo mandamiento, amar al prójimo como a nosotros mismos, a los que vencen, a los que nos han hecho daño, a los que nos resultan antipáticos, porque todos somos hijos del mismo Padre Dios y, en él, hermanos los unos de los otros. Todos hemos recibido la misma redención de Cristo que ha muerto por toda la humanidad al ofrecer su vida y todos estamos llamados a tener el mismo cielo. Todos también somos pertenencia de Dios. Jesús une en él los dos amores: amor a Dios y amor al prójimo. Claramente Jesús, de los dos mandamientos hace un solo mandamiento.

Cuando se hacen encuestas sobre el cristianismo, se pregunta cómo es visto por el hombre de la calle. Para algunos es una religión negativista, porque según esas personas, pareciera que todo es NO, por ejemplo, al divorcio, al aborto, a las relaciones sexuales libres… Pero de hecho lo que se está diciendo es un SI a la vida, al amor auténtico, es una invitación a ser felices. Se está dando un sí al amor puro y fiel, maduro y pleno. Se está dando un sí a la dignidad y vocación de la persona. Según el plan de Dios que quiere nuestra verdadera felicidad. Los que intentamos conocer a Jesús sabemos que la base de la religión cristiana es el amor y el amor crea vida en derredor. La fe en Dios es vida. Un grano de amor crea más vida que toneladas de fría inteligencia. Jesús dice: “amar a Dios y al prójimo vale más que los holocaustos y sacrificios”. El que ama a Dios sin límites, sabe que Dios quiere siempre el bien de sus hijos.

Sucre, 4 de noviembre de 2018

Fray Jesús Pérez, O.F.M.  

Arzobispo emérito de Sucre

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