Mons. Jesús Pérez: “¿Semana Santa?”
Esta semana, ¿será santa? Depende de cada persona…
Arquidiócesis de Sucre 17.04.2019//Iniciamos hoy, la gran Semana Cristiana, la Semana mayor de los cristianos, la Semana Santa. Es el tiempo litúrgico más fuerte, más rico en contenido y de mayor intensidad religiosa de todo el año cristiano, porque en ella celebramos el misterio central de nuestra fe: la Muerte y la Resurrección de Cristo. Es lo que llamamos el misterio pascual. Hablar de misterio no significa hablar de oscuridad completa. El misterio es una luz inagotable, en cuya comprensión se puede avanzar siempre más, con la certeza de nunca acabar. Es como decir, ante un plato apetitoso: “sírvanse cuanto quieran, que no hay peligro de que se acabe”. El misterio pascual es el centro y corazón la, fuente vital de toda la actividad de la Iglesia. Es nada más y nada menos que el plan de salvación realizado en Cristo. Esta semana, ¿será santa? Depende de cada persona.
Nuestra vivencia de la Semana Santa comienza hoy, Domingo de Ramos. Todas las celebraciones de Semana Santa nos ofrecen a todos, elementos para profundizar en el misterio de nuestra salvación en Cristo. La alegría de la Pascua es fruto de las amarguras de la Semana Santa. El gozo pascual no llueve del cielo, brota de la aceptación generosa, por parte de Jesús, de las exigencias de su fidelidad al Padre. Por eso en la Semana Santa la liturgia quiere revivir con plasticidad particular, casi teatral, los episodios de los últimos días de la vida de nuestro Salvador.
Este Domingo de Ramos se nos invita a sumarnos con la fe y también con la imaginación, al número de los que reciben a Jesús con aclamaciones, cuando entra triunfalmente en la ciudad de Jerusalén. Nosotros, los cristianos no debemos ser meros espectadores de butaca, sino actores en escena; pues Cristo muere por nuestros pecados y culpas. Debemos entrar de lleno en esta Semana Santa y reconocer que Cristo, rico en enseñanzas, milagros, llegó a esta situación por todo el mal que hemos hecho. No nos quedemos en puros actos externos, que presenciamos lo que pasó a Jesús en la pasión y muerte, sino asimilemos, con sinceridad, la culpa que tenemos y volvámonos totalmente a Nuestro Redentor.
El Jueves Santo recordaremos la institución de la Eucaristía o Cena del Señor y el mandamiento nuevo que nos regaló en medio de la celebración de la primera misa. El Viernes Santo celebramos la muerte de Cristo en la Cruz por la salvación de todos. Adoremos la Cruz de Cristo porque a través de ella nos ha salvado. No nos avergoncemos de la Cruz, pues en ella está nuestra salvación y hagamos con reverencia la señal de la Cruz, sin miedo a los que no les gusta que lo hagamos. El Sábado Santo, en la noche, vivamos con alegría la resurrección de Cristo, celebración en la que renovaremos los compromisos del bautismo. Esta celebración es la más importante del año cristiano, junto al domingo de Pascua. ¿Por qué no armamos en casa un pequeño calvario a la manera como hacemos un pesebre para navidad? Programemos bien nuestra participación.
Sucre, 14 de abril de 2019
Fray Jesús Pérez Rodríguez, O.F.M.
Arzobispo emérito de Sucre
[Imagen: unionguanajuato.mx]