Ovejas del Buen Pastor

Monseñor Jesús Pérez: “La puerta de las ovejas”

Hoy es el domingo del Buen Pastor, domingo IV de Pascua. Cada año se escoge este domingo para orar más intensamente por las vocaciones eclesiásticas: sacerdotes y personas consagradas al Señor. Y por  aquellos que han hecho votos o promesas. En torno a esta Jornada se organizan una serie de actividades para concienciar a todos los discípulos de Jesús -los bautizados- sobre la importancia y necesidad que tiene la Iglesia. Son necesarios más sacerdotes, religiosos y consagrados. Es necesario recordar y tomar con máxima responsabilidad, lo que Jesús, el Buen Pastor, que es la Puerta para entrar al Reino, nos dice: “LA COSECHA ES ABUNDANTE, PERO LOS OBREROS SON POCOS. REZEN, PUES, AL DUEÑO DE LA COSECHA QUE ENVÍE OBREROS A SU COSECHA” (Lc, 10 ,2). Pienso que todo cristiano debe escuchar la petición de Jesús, la Puerta para permanecer en su rebaño. ¿Por qué rezamos tan poco por las vocaciones?

El amor es la puerta de acceso al corazón y a la vida de las personas

Para entender el pasaje del evangelio de hoy, Juan 10,1-10, es conveniente tomar en cuenta que Jesús está hablando con los fariseos. Hay dos estilos de cuidar y pastorear al rebaño de Dios: la actitud de los fariseos que representa la autoridad formal, desprovista de moral, y la de Jesús que habla con autoridad moral, la que la gente aceptaba. El amor es la puerta de acceso al corazón y a la vida de las personas. Jesús entra por esa puerta, porque nos ama como nadie, nos ama infinitamente.

El protagonismo de hoy, como podemos  ver en las lecturas, que se nos ofrecen en la eucaristía, es Jesús, que se presenta, sobre todo, como puerta por la que hay que entrar y salir. Puerta significa acceso, entrada, mediación, acogida. Las palabras de Jesús se aplican, ante todo, a los pastores mismos.  Los que entran por esa  puerta son guías y pastores legítimos. A los que no entran por ella, sino que “saltan por otra parte”, los compara Jesús a los ladrones. Los bandidos y los extraños, que vienen a robar y matar, o a aprovecharse de las ovejas en favor propio.  En la historia de la Iglesia, siempre hemos encontrado a miembros de la Iglesia que se han separado de Cristo, para formar nuevos grupos, llamados iglesias, olvidando que Cristo Pastor y puerta, ha querido poner pastores en su Iglesia, conforme a su voluntad.

Jesús es la puerta para todos los que quieren salvarse. Es la puerta abierta que invita a entrar en el Reino, una Puerta que es una verdadera bienvenida a la Casa del Padre

Jesús es un pastor que ha entrado por la puerta legítima, enviado por Dios. Él es el verdadero Maestro, el Camino, la bienvenida de Dios a su Reino. “El que entre por mí se salvará”. Y el apóstol Pablo nos dice: “Por Él unos y otros tenemos acceso al Padre” (Ef. 2, 18). Y en la carta a los hebreos leemos: “Tenemos seguridad para entrar en el Santuario en virtud de la sangre de Jesús, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por Él para nosotros a través de su propia carne” (Hb. 10, 19). Jesús es la puerta para todos los que quieren salvarse. Es la puerta abierta que invita a entrar en el Reino, una Puerta que es una verdadera bienvenida a la Casa del Padre.

Sucre, 3 de mayo de 2020

Fray Jesús Pérez Rodríguez, O.F.M.

Arzobispo emérito de Sucre

[Imagen: masfe.org]