«Un niño con un libro de poesía en las manos, nunca tendrá de mayor un arma entre ellas»
«…Un niño con un libro de poesía en las manos nunca tendrá de mayor un arma entre ellas…” (Gloria Fuertes)
Su obra la mantiene viva para siempre. Aunque ha escrito de forma sencilla y cotidiana, sus versos salen de un alma inmensa.
Ha utilizado la palabra como arma, a pesar de ser pacifista. Versos que no han olvidado el dolor humano. “Un poeta no debe contar sílabas, debe contar cosas”. En su poesía infantil escribió cuentos para hablar de otras niñas y niños sin juguetes, con frío y sin pan. Decía “Soy autodidacta y poéticamente desescolarizada”. Versos únicos e irrepetibles, tal y como era ella. De familia humilde, padre portero y madre costurera, aprende a leer a la temprana edad de tres años, a los cinco ya se atreve a escribir e ilustrar sus propios cuentos.
A finales de los años 50 organizó la primera biblioteca infantil ambulante en su Vespa: “Voy por los pueblos, aldeas y provincias de España. A los que no compran libros (porque allí no llega el libro, o el dinero, o la alfabetización), yo, humildemente, les llevo mi libro vivo, en mi voz, cascada rota, en mi cuerpo, cansado y ágil.”
Para Gloria, Cristo está presente en todas partes. Ella lo ve en el arrabal y lo trata en la dignidad de cada persona y eso se refleja en muchos de sus poemas. He aquí un poemilla suyo de cuatro versos: ‘Si buscas a Dios y no le encuentras/ si te buscas a ti no te hallas/ ayuda a una sola persona/ y os encontraréis los tres’.
Lean a la poeta:
Vamos a ver si es cierto que Le amamos,
vamos a mirarnos por dentro un poco.
¡Hay cosas colgadas que a Él le lastiman,
freguemos el suelo y abramos las puertas!,
y salgan las lagartijas y entren las luces.
Borremos los nombres de la lista negra,
coloquemos a nuestros enemigos encima de la cómoda,
invitémosles a sopa.
Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos,
que Dios se encuentre a gusto si baja.
[Fuente: Solidaridad.net]