¿Y el derecho a estudiar de niños venezolanos?
MIGRANTES SIN PAPELES EN INCERTIDUMBRE
“ME GUSTARÍA IR A LA ESCUELA”, DICE JOSÉ MANUEL MIENTRAS VENDE CHICLES CON SU MADRE
Falta de políticas públicas y papeles irregulares en Bolivia no dan una respuesta a los actores más vulnerables de la migración.
José Manuel (nombre ficticio) recuerda una ciudad convulsionada y un sentimiento de nostalgia por sus amigos. Es la última mirada que tiene de Venezuela. Ahora vende pastillas en las calles de Sucre para ayudar a su mamá y a un día del inicio de las inscripciones escolares vive con la duda de saber si volverá al colegio. En su país era el mejor alumno y se pregunta si seguiría siéndolo de entrar al colegio en Bolivia.
Tiene 11 años y es el mayor de tres hermanas. Junto con sus papás llegaron a Sucre hace dos semanas con la esperanza de encontrar la tierra tranquila de la que varios amigos, que también huyeron de la crisis económica y política de Venezuela, les habían contado.
Estuvieron en Santa Cruz y Potosí, pero no pudieron acostumbrarse al clima, y finalmente llegaron a Sucre.
“Me gusta mucho aquí, el clima es rico. La gente amable, pero vemos que no hay trabajo para ustedes, imagínate para nosotros, creo que por esos algunos nos dicen ‘vayan a trabajar’, ‘flojos’. Creo que no entienden nuestra situación”, dice la madre de José Manuel, Mayerlin Barreto, revelando el estigma que advierte por parte de algunos ciudadanos hacia los extranjeros, en especial hacia las personas de su nacionalidad.
El 2019, a diferencia de otros años, se registró una gran cantidad de venezolanos que llegaron al país. El director regional de Migración. Tomás Urioste, indica que 33 venezolanos ingresaron legalmente y solo uno de ellos es menor de edad.
Pero no se tiene registro de cuántos venezolanos están en las calles de forma irregular. “No tienen registro de ingreso al país ni un sello del punto fronterizo. Esto se debe a que muchas veces se complica tramitar estos papeles y cuesta dinero, tal vez por eso estas personas no cuentan con los papeles necesarios”, afirma.
El año pasado un total de 50 venezolanos fueron deportados solo de Chuquisaca por no contar con los documentos necesarios.
José Manuel y su familia no tienen papeles. Antes de toda la crisis que vive su natal Venezuela, sus padres le dieron un ejemplo de superación. Su madre es paramédica y estaba a punto de terminar la Carrera de Educación Integral y su padre estudió Mecánica. Él retribuía ese ejemplo y amor con una lista de dieces en sus calificaciones.
“Acá debe ser diferente, no sé si acá sería igual. Pero me gustaría ir a la escuela, allá me gustaba mucho”, cuenta José Manuel.
NORMATIVA VIGENTE
La Resolución Ministerial 0001/2020 del Subsistema de Educación Regular en su capítulo II, Artículo 5, cita que los estudiantes que soliciten una incorporación al sistema educativo “deberán presentar el registro de todo su historial académico homologado”, mismos que deberán ser presentados en un plazo máximo de 90 días “debidamente visados por los consulados del país de origen y la Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia”.
Urioste recalca que muchas veces los migrantes que ingresan de manera irregular no portan ni un documento de identidad que pueda identificarlos.
Pero la misma normativa indica que los estudiantes que se encuentren en estado de vulnerabilidad y/o desventaja social, pueden habilitar su inscripción a lo largo de toda la gestión escolar.
A decir de la autoridad de Migración y las normativas que maneja su institución, los niños que estén en edad escolar pueden ingresar a los colegios sin dificultades. “No porque sean extranjeros o porque sean de otro lado, no tendrían opción. La opción la tienen, tienen su derecho de ser educados, pero también tienen la obligación de tener sus documentos de permanencia en este país”, sostiene.
El problema radica en la situación irregular de ellos y sobre todo de sus padres.
“Cuando hay este tipo de casos, se les otorga un plazo de seis meses para que regularicen sus papeles, muchas veces es sencillo porque tienen sello de entrada y otras veces no, entonces deben volver a la frontera e ingresar nuevamente de una forma legal”, explica.
¿VULNERACIÓN DE DERECHOS?
La normativa educativa pide ciertos requisitos para que un niño extranjero estudie, pero José Manuel y su familia no cuentan con lo necesario y temen ser deportados, por ello aún no contemplan la posibilidad de que estudie aquí.
La directora de la ONG Realidades, Tahí Abrego, indica que de haber rechazo a la inscripción de niños venezolanos en cualquier colegio se vulneraría el derecho al estudio; pero en muchos casos sus padres no contemplan ni siquiera la posibilidad de intentarlo.
De hecho, varios venezolanos se excusan de hablar porque temen convertirse en “carne de cañón”.
Abrego resalta que el país no cuenta con normativas vigentes para este tipo de casos, puesto que la migración de venezolanos es nueva para Bolivia.
“La educación básica según la normativa de derechos internacionales ratificada por Bolivia, es un derecho inapelable. El Estado Boliviano lo que debería hacer es generar políticas públicas frente a esta situación de migración (…) esto tendría que verse caso por caso, familia por familia”, afirma.
EN LA INCERTIDUMBRE
“Me torturo todos los días. Toda esta situación nos duele, pero lo peor es que no sabemos qué vamos a hacer. Su papá y yo siempre pensamos en eso. No queremos que deje de estudiar”, dice Mayerlin.
Aún desconoce cuánto tiempo permanecerán en Bolivia, tienen la esperanza de juntar el dinero necesario para ir a Chile, contactar a familiares y ver la posibilidad de que su hijo estudie allá puesto que las clases se inician en marzo. Pero aún no saben que será de mañana.
Entretanto, José Manuel se dedica a vender masticables. Me invita tres porque jugué un momento con la menor de sus hermanas que tiene casi dos años. La pequeña me mira un momento y adivino la idea, le doy uno de los masticables y me pide otro; ante esos ojos atino a entregarle todos, pero José Manuel la regaña diciendo: “No nena, tú ya comiste”. Ella sonríe y me planta en la mejilla un beso y luego se van.
Trámite de refugio
El director regional de Migración, Tomás Urioste, explica que las personas que no cuenten con sus papeles en orden y no tengan la posibilidad de regularizarlos, tienen la opción de conseguir un documento que les dé una condición de refugiados humanitarios. Para ello, los interesados deben dirigirse a las oficinas de la Comisión Nacional del Refugiado (Conare), solo en La Paz, e iniciar el proceso, que es gratuito, para tener una permanencia legal en el país.
Dependiendo del caso, el trámite puede tardar de días a semanas.
Falta de trabajo
Mayerlin Barreto – Migrante venezolana
“Me gusta mucho aquí, el clima es rico. La gente amable, pero vemos que no hay trabajo para ustedes, imagínate para nosotros, creo que por esos algunos nos dicen ‘vayan a trabajar’, ‘flojos’. Creo que no entienden nuestra situación”.
[Fuente: Correo del Sur (19-01-2020)]