Caminemos en esperanza (FT#55)

Arquidiócesis de Sucre/CEAS/15/10/2020.- Amada Iglesia, con la firme intención de compartir ideas y sueños que marcan nuestra reflexión y acción educadora desde las Comunidades Educativas del Arzobispado de Sucre (CEAS), compartimos con ustedes algunas iluminaciones que nos trae la última encíclica de SS Francisco; que en esta jornada en la que nos unimos al Pacto Global Educativo podamos ir trabajando cabeza y corazón para caminar con esperanza desde nuestra labor educadora.

El Capítulo I de la encíclica “Las sombras de un mundo cerrado” contextualiza las diferentes y desafiantes realidades en las que nos encontramos (información sin sabiduría, agresividad sin pudor, sin dignidad humana en las fronteras, globalización y progreso sin un rumbo común, Derechos humanos no suficientemente universales, la pandemia, conflicto y miedo, sometimientos y auto desprecios entre otros temas); podríamos decir, tal cual inicia su reflexión que estamos en un mundo en el que los sueños se rompen en pedazos. Sin embargo, aún más por este tiempo de reconocernos Iglesia en sinodalidad misionera, no olvidamos que estamos convocados a caminar con esperanza audaz que “sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna” (FT# 55).

Expondremos ahora convicciones que sostienen nuestros sueños y nuestra labor educadora; así también certezas que nos animan en el camino, a la vez de desafíos que asumimos y estamos dispuestos a trabajar:

“El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse” (FT # 11); pues, conscientes de que somos obra del Espíritu Santo a través de diferentes agentes que han dado pasos sólidos en la consolidación de la familia CEAS, reconocemos que tenemos mucho camino por recorrer y bastantes momentos para contribuir con nuestros dones e inspiraciones a que esta obra responda de la mejor manera a las exigencias del Evangelio en nuestro tiempo y contextos concretos.

Podemos afirmar también que, si “la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos” (FT # 12), la experiencia educativa en tiempos de pandemia nos ha demostrado que podemos estar cerca, pero no necesariamente más hermanos; por tanto, es desafío nuestro revisar las formas concretas en que esta fraternidad ha sido efectiva, o cómo deberá traducirse en circunstancias en las que el encuentro personal se hace conflictivo.

Nuestra acción educadora ha de procurar un constante ejercicio de discernimiento en todas nuestras palabras y acciones, pues nos encontramos en una sociedad que, gobernada por el mercado, los intereses corporativos de diferente índole, hay una intención (velada o explícita según la mirada) de atentar contra una educación crítica y liberadora; por tanto hemos de tener presente que: “Un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. ¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción” (FT # 14).

Dado que no podemos olvidar que algunos días atrás reflexionábamos sobre la necesidad de acción política de todos los ciudadanos citamos el siguiente texto, confiando contribuya a la lucidez necesaria antes de hablar y actuar sin el debido discernimiento: “Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz” (FT # 15).

No podemos olvidar que. “La verdadera sabiduría supone el encuentro con la realidad” (FT # 47), por tanto, nuestra propuesta educativa deberá partir de la realidad para proponer estrategias de transformación que nos ayuden a vivir de mejor manera nuestra humanidad ya que: “un camino de fraternidad, local y universal, sólo puede ser recorrido por espíritus libres y dispuestos a encuentros reales” (FT # 50).

Finalmente, para no ser exhaustivos y a la par, siendo el deseo que cada uno conozca de manera personal el contenido de este documento, citamos: “en toda guerra lo que aparece en ruinas es «el mismo proyecto de fraternidad, inscrito en la vocación de la familia humana” (FT #26). Este párrafo ha sido señalado para no olvidar jamás que nuestra humanidad se consolida en un proyecto de comunidad en la que caminamos (y nos salvamos) juntos; estando llamados a ser comunidad de comunidades, invitamos a cada persona que forma parte de nuestras familias, a renunciar a toda forma de comparaciones, posiciones egoístas, recelos y peor aún tratos discriminatorios, pues con firmeza reconocemos que, si todos somos hijos, todos somos hermanos y hermanos en comunidad.

C.E.A.S. para “Servir y Dar la Vida” (Mt.20,28)