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Diác. Javier Gómez G. SSP.: “¿Cómo dirigirnos a Dios, frente a la incertidumbre actual?”

Con esta pandemia, debido a la interrupción del curso normal de la economía, estamos en incertidumbre: se vaticinan muchas cosas negativas, entre ellas hambruna en los países más subdesarrollados (especialmente Venezuela), por causa del daño a la economía mundial, la cual será peor según el grado de ineficiencia institucional de cada uno.

Para empezar a gestionar nuestra incertidumbre personal, y no dejar que el miedo nos domine, debemos preguntarnos quién es Dios para nosotros. Esta pregunta es clave para saber con cuánta esperanza afrontaremos lo que nos toque encarar. Según mi experiencia, la gente suele hacerse básicamente tres impresiones erradas de Dios (no es que no haya más, sino que la mayoría, el común, se subsumen en estas):

1. Una fuerza impersonal o mística que nos concede deseos cuando se lo pedimos con fervor, sin que tengamos que hacer alguna clase de esfuerzo o cambio personal, solo dar algo de nuestros recursos, o cumplir alguna clase de ritual y nada más. Un Dios cuota: dime cuánto te pago para recibir el poder/prosperidad pero seguir siendo yo quien tenga el control.

2. Un tirano opresor e implacable, que solo tiene prohibiciones y penas, por lo cual lo mejor que podemos hacer es mantenernos alejados de Él, sabiendo lo menos posible de sus negativas, para que, al momento de pecar, podamos decir “yo no sabía” , y argumentar inocencia como atenuante por nuestras inevitables culpas (Lc 12,48), ya que, quienes sí las conocen, viven sufriendo constantemente y sumidos en culpas y represión. Un Dios condena-condenador.

3. Una especie de bobalicón relativista, que aplaude cariñosamente todo lo que hacemos, al que invocamos mientras hacemos todo con esfuerzo, por ello, basta vivir con la premisa “yo no le hago daño a nadie” para estar bien. Así que, mientras le invoque, Él eliminará mis obstáculos y me alejará de todo mal: Basta que pegue en mi nevera una oración que diga “Dios aleja de mí mis problemas” y la ore todos los días para que me vaya bien. Un Dios genio/mayordomo.

Dios es Tres Divinas Personas (CEC n.º 232), no una fuerza impersonal. En la relación con cada una de ellas encontraremos cómo debemos dirigir nuestra vida en la incertidumbre. Saber que Dios es un Padre que ama, cuida y provee nos ayudará abandonarnos en Él, y no desfallecer por el miedo. ¿Cómo dirigirnos a Él? Como a un Padre amoroso. Recuerda que Jesús lo llamó “papaíto” (Abbá, cf. Mc 14,36) dando a entender el grado de cariño y confianza que le tenía (cf. Mt 18,3b). A Jesús, dirígete como a un maestro a quien le tienes gran respeto (Jn 14,6), o como a un hermano mayor a quien se le pide consejo (Mc 3,31-35).

Al Espíritu Santo, como a alguien de quien esperas ayuda para mejorar tu relación con Dios, y a quien puedes pedirle consejo, fortaleza y consuelo (CEC n.º 152). En la medida en que le conozcamos más, mediante la lectura de la Biblia y el Catecismo, sabremos cada vez mejor cómo dirigirnos a Dios, ser cada día más felices, y cómo superar cualquier adversidad.

(Diácono Javier Gómez Graterol, SSP)