DOMUND: ¡AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS! Mons. Adolfo Bittschi

19.10.2020//CENACOM// Estamos celebrando el domingo de la MISIÓN. La Misión vive de la Oración, de la limosna y de ofrecer a Dios los dolores, penas y tristezas.  Recemos con nuestro Papa Francisco el SANTO ROSARIO en este mes dedicado a esta meditación bíblica y tan fundamental para  nuestra vida cristiana y pedir al Espíritu Santo  por la MISIÓN para que en virtud del bautismo los fieles laicos, en especial las mujeres, participen en la Misión de la Iglesia.    

En la Homilía de este 18 de octubre celebrando el DOMINGO MUNDIAL DE LA MISIÓN, el DOMUND, Mons. Adolfo Bittschi, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Sucre y Responsable de misiones de la Conferencia Episcopal Boliviana, exhorta a reconocer dos preguntas que forman una familia misionera:

¿Tú y tu hogar es misionero?

¿Están pidiendo de Dios el regalo de tener un misionero varón o mujer en su familia? Para dar a Dios lo que es de Él.

Homilía 18 de octubre de 2020, celebramos el DOMINGO MUNDIAL DE LA MISIÓN, el DOMUND

Evangelio según San Mateo 22, 15 – 22.

¡AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS!

¿Tú y tu hogar es misionero? ¿Están pidiendo de Dios el regalo de tener un misionero varón o mujer en su familia? Para dar a Dios lo que es de Él.

En tres parábolas Jesús había desenmascarado a los fariseos: a) el hijo que dijo “Si, voy a trabajar”, pero no fue; b) los viñadores asesinos; c) la boda del hijo de rey y los invitados que mataron a los mensajeros. Ahora los fariseos inician su contraataque. En los primeros versículos el Evangelio de hoy nos relata como los dirigentes de los fariseos se ponen de acuerdo entre ellos, cosa que nunca antes se daba porque “cada maestrillo tiene su librillo” para interpretar la Ley a su manera. Y no solamente entre ellos se unen contra su enemigo Jesús sino buscan la unión con sus enemigos, los Herodianos, para poner a Jesús una trampa.  Su propósito es acabar con Jesús. Cosa que se repite en el Evangelio y en nuestros días donde los contrarios a la Iglesia Católica, entre ellos peleados, se unen para atacarla juntos.

Estos hipócritas inician el diálogo elogiando al Señor: “Maestro, sabemos que eres sincero”. Miren, como reconocen que Jesús es un “chekan runa”, un hombre sin engaño, no obstante son incapaces de creer en Él y sus enseñanzas. Saben ellos y le dicen “enseñas con fidelidad el camino de Dios” pero su corazón queda impermeable como los guijarros en el río. Hasta reconocen “no te dejas influir por nadie, porque no te fijas en la apariencia de la gente”. Otro punto para reflexionar sobre nuestro actuar y llevar a la próxima confesión.

Por eso la muchedumbre que aprecia la sinceridad de Jesús está de parte de Él. Los fariseos con los Herodianos quieren apartarles del Señor y por eso someten a Jesús a una controversia pública con una trampa sin salida para demostrar que Él es un falso profeta, un embaucador. Recurren a unas preguntas que no dejaban indiferente a ningún judío de su época. La primera es sobre el tributo al emperador romano (el evangelio de hoy).

¿Hay que pagar o no el tributo al César? Un tema candente y una pregunta de carácter teológico-político. Político-social porque todos sufrían de la ocupación de los romanos y su tributo, además de los impuestos al rey Herodes y otro al Templo. A la vez es una cuestión teológica porque la respuesta pone en juego la soberanía de Dios sobre Israel: ¿a quién pertenece Israel?, ¿al Dios de Israel o al emperador en Roma, quien exigía para sí un culto como a un dios? La pregunta era una trampa muy astuta que le pone a Jesús en aprieto. Si dice sí cae y si dice no cae igual. Si Jesús acepta  que hay que pagar tributo al César, los nacionalistas, fariseos y zelotes lo acusarán de estar en favor de los dominadores y opresores y ya no del pueblo y de los pobres; si responde que no, los cobradores de impuestos, los colaboracionistas herodianos y los saduceos lo delatarán como subversivo y rebelde ante Pilato.

 Jesús dándose cuenta de su hipocresía les pide que traigan una moneda de tributo; aquel tiempo tenía la imagen de Tiberio con la inscripción: “TIBERIUS CÉSAR DIVI AUGUSTI FILIUS”, Tiberio, emperador, hijo del dios Augusto. Por eso deberían siquiera tomar estas monedas en su mano según el primer mandamiento: “No te harás escultura ni imagen alguna de nada de lo que hay arriba en el cielo o aquí abajo en la tierra” (Éxodo 20,4). Miren: ¡Que actual el asunto! Hay quienes afirman que no se debe tener ninguna imagen, sin embargo manejan billetes nacionales y verdes que llevan imágenes.

Para Jesús, por tanto, si el denario lleva grabado la imagen e inscripción del César, no pertenece a Dios y hay que devolvérselo al César (Romanos 13,7: “…paguen al de impuestos, impuestos; al de tributos, tributos”). Las monedas representan el orden social que organizan los políticos. Respetar la autoridad legítimamente puesto que pone paz es dar al César y no se opone a la adoración del único Dios. Nadie está encima de Dios, ni siquiera el emperador o quien se cree el bienhechor del pueblo. Pero si cada persona lleva grabada en sí y desde su concepción la imagen de Dios, él no puede entregarse al César, pues solo a Dios pertenece y a Él debe adorar. “¡Devuelvan a Dios lo que es de Dios!”(v.17). Tenemos la tarea de liberar a los explotados de la tierra, y a la tierra misma, la “casa común” creado por Dios. Papa Francisco nos regaló su tercera Carta circular, la encíclica “FRATELLI TUTTI”, Hermanos todos. En esta carta pide el Papa organizar después de ésta pandemia las formas de vida que hagan posible la pertenencia original de la tierra y de los hombres a Dios Padre Creador. Y los hombres deben vivir preocupados como en familia por todos, especialmente por los necesitados.

Vemos en este episodio los dones sobrenaturales de Jesucristo: Conoce los corazones de sus adversarios y su hipocresía y lo que están tramando; su inteligencia superior para salir de una trampa humanamente sin salida; su fidelidad a los mandamientos de Dios y su invitación de dar a Dios lo que le corresponde: nuestra vida y la vida de todos.

Hoy recordamos a San Lucas, médico y uno de los cuatro evangelistas, que relata la MISERICORDIA de DIOS en su Evangelio y proclama las maravillas del ESPÍRITU SANTO en los Hechos de los APÓSTOLES. Gracias a San Lucas sabemos del Anuncio del ángel a María, el “Ave María”, los himnos de BENEDICTUS y de MAGNÍFICAT; las parábolas del Buen Samaritano y del Hijo pródigo y su Padre Misericordioso, de la venida del ESPÍRITU SANTO el día de PENTECOSTÉS y el crecimiento de la Iglesia por la prédica de San Pedro y la Conversión de Saulo en el gran misionero San Pablo.

Estamos celebrando el domingo de la MISIÓN. La Misión vive de la Oración, de la limosna y de ofrecer a Dios los dolores, penas y tristezas.  Recemos con nuestro Papa Francisco el SANTO ROSARIO en este mes dedicado a esta meditación bíblica y tan fundamental para  nuestra vida cristiana y pedir al Espíritu Santo  por la MISIÓN para que en virtud del bautismo los fieles laicos, en especial las mujeres, participen en la Misión de la Iglesia.                                                        

Les invito, queridos oyentes, a meditar  todo el capítulo 22 del Evangelio según San Mateo para saciarse de la Palabra que da vida. Porque: El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo!                 

         Y la Bendición del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y sus familias y les acompañe hoy y siempre.