El hecho histórico, los héroes de hoy, con optimismo y esperanza, ¡adelante Sucre! – TE DEUM 25 De Mayo

25.05.2020//CENACOM// En la conmemoración de nuestro 211° aniversario del Primer Grito Libertario, Monseñor Jesús Juárez, Administrador Apostólico de Sucre, hace mención al contexto de las luchas libertarias de hace más de dos siglos: hombres y mujeres valientes, indígenas aguerridos, mestizos y criollos inconformistas que ofrendaron sus vidas para liberarse del yugo del invasor y recuperar su dignidad y soberanía, el valor de su cultura y tradiciones, los preciados recursos naturales para salir de la humillación y postración con el fin de alcanzar la anhelada libertad.

Honra a los héroes de hoy en esta lucha contra la pandemia del Covid-19 y exhorta a asumir disciplinariamente las normas que nos llegan y nos ayudan a defendernos. A vencer y a no ser vencidos por la sicosis producida por el coronavirus.

Homilía TE DEUM del 25 de mayo de 2020

¡¡Avancemos, y no retrocedamos!!

El hecho histórico, ayer y…

La conmemoración de nuestro 211° aniversario del Primer Grito Libertario nos encuentra en momentos de dolor, miedo e incertidumbre. Ciertamente, Bolivia recibe el Covid-19 en condiciones difíciles por las carencias sanitarias y por una cultura de irresponsabilidad en gran parte de la población, que se agudiza con personas que viven del día a día y que necesitan trabajar. Esta pandemia ya se está cobrando la vida de varios centenares de personas y provocando una crisis económica que se avizora.

Releamos en este contexto las luchas libertarias de hace más de dos siglos: hombres y mujeres valientes, indígenas aguerridos, mestizos y criollos inconformistas que ofrendaron sus vidas para liberarse del yugo del invasor y recuperar su dignidad y soberanía, el valor de su cultura y tradiciones, los preciados recursos naturales para salir de la humillación y postración con el fin de alcanzar la anhelada libertad que negaban los llegados a estas nuevas tierras.

Los héroes, hoy

Son los que en esta situación difícil ponen en peligro sus vidas para prevenir que nuestras gentes sean víctimas del terrible flagelo del Covid-19 como, entre otros, los entregados en el campo de la salud: médicos, enfermeras y técnicos sanitarios; las fuerzas del orden público: policías y militares; los sectores de servicios públicos: empleados de la banca, periodistas, personal de limpieza. 

A ellos nuestra admiración y apoyo junto con nuestras oraciones para que el Señor Resucitado, que venció a la muerte, les acompañe en sus esfuerzos y dedicación para salvar las vidas.

Una mirada de Fe

Josué

La palabra de Dios que hoy hemos proclamado fortalece nuestra fe, profundiza nuestra unidad y renueva nuestra esperanza en los ideales de libertad y justicia. En Josué, Dios se revela como Padre que está cerca de su pueblo, que no lo abandonará, que nada ni nadie podrá vencerlo. Anima a su gente a ser valientes y a cumplir fielmente su ley como camino correcto para tener éxito en la posesión de la tierra que Yahvé les había prometido (Jos 1,5-7)

Estas imágenes bíblicas son aplicables a nuestra situación frente al enemigo invisible que quiere arrebatarnos el valor fundamental: la vida. Y como a Josué, el Señor nos repite: “yo soy tu guía, tu escudo, tu fortaleza, el que te guía hacia la seguridad y confianza”. Con Él caminamos, agarrados de su mano, asumiendo disciplinariamente las normas que nos llegan y nos ayudan a defendernos, a vencer y a no ser vencidos por la sicosis producida por el coronavirus. ¡¡Avancemos, y no retrocedamos!!

Salmista

Con el salmista podemos exclamar también nosotros con certeza absoluta: “Feliz tú, Departamento de Chuquisaca, si tu Dios es el Señor”. Dios es nuestro Señor, porque recta y fiel es su palabra. Él ama la justicia y el derecho y la tierra está llena de su gracia, bondad y misericordia.

“Está el ojo del Señor sobre los que le temen, sobre los que esperan en su amor para arrancar sus vidas de la muerte y darles vida en los momentos de hambruna”.

“En el Señor, nosotros esperamos, Él es nuestro defensor y nuestro escudo, en Él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre tenemos confianza. Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como en ti pusimos nuestra confianza”. ¡Qué súplica tan actual y apropiada para estos días de pandemia!

Dios y los dioses de hoy

Aprovechemos la oportunidad que esta situación nos brinda para preguntarnos en qué dios pongo mi confianza, mi esperanza… ¿En Dios creador que cuida de sus criaturas, en Dios Padre que ama a sus hijos o en dios-dinero que puede llevarte a tomar ciertos caminos que te alejan de Él, como el alcohol, la droga, el consumismo, creyendo que así puedes alcanzar la auténtica felicidad, cuando en realidad son momentos pasajeros?

¿En dios-poder que te arrastra a la corrupción, al tráfico de influencias, a creerte superior a los demás, expresado en violencia, feminicidios, abuso de menores, trata y tráfico de personas, olvidando que el poder debe convertirse en verdadero servicio y entrega al pueblo y no en servirse de él para fines personales, económicos y políticos, entre otros?

¿En dios-placer que te induce a conculcar la dignidad de la persona, gozando de una sexualidad que, en vez de hacerte crecer en el verdadero amor, te rebaja a la esclavitud del uso de los demás como objetos y no como personas?

Oremos a nuestro Padre Dios que nos dé su mano, que nos acompañe, que tenga misericordia para ser sus hijos amados.

Evangelio

El evangelio de Mateo nos presenta a Jesús, maestro y catequista, que es capaz de transmitir las verdades más importantes de la manera más sencilla a través de parábolas o representaciones de la vida cotidiana.

La parábola del sembrador, en esta conmemoración de los 211° aniversario de la Gesta Libertaria, nos puede decir mucho. Los granos pueden representar en esta ocasión los ideales por los cuales los precursores libertarios ofrendaron sus vidas: la libertad, la soberanía, la justicia, el progreso, la felicidad y la unidad de los pueblos.

Nuevamente nos preguntamos: ¿en qué tierra pueden caer “hoy” estos granos?

1. Unos granos cayeron a lo largo del camino, vinieron las aves y se los comieron…

Son ideales que ni siquiera penetran en la tierra, es decir, en la conciencia de los ciudadanos que se encierran en la mezquindad de sus intereses, sin sentido de patria, que todo les resulta indiferente -mientras no me toque a mí-, ya sea la participación ciudadana, la defensa de la democracia, el decidido compromiso con el bien común o la defensa irrenunciable de los derechos humanos.

2. Otros cayeron en terreno pedregoso, con poca tierra, y brotaron enseguida, pues no había profundidad. Pero apenas salió el sol, los quemó y por falta de raíces, se secaron…

Es la tierra de los cobardes y mediocres, de los que son tibios, de los que probablemente protestan en privado, pero no son capaces de dar la cara públicamente. La tierra de los que no creen en los ideales de los libertadores. Son los que destilan frustración y desesperanza.

3. Otros cayeron en medio de los espinos: estos crecieron y los ahogaron…

Los espinos son los egoístas, los que solo buscan su propio interés, los que están contra los ideales de la defensa de la vida, promoviendo el aborto, contra los ideales de la tolerancia y el respeto. Los que caen en la corrupción y en la delincuencia. Son los que hacen daño, los que ahogan el derecho, la justicia y la seguridad jurídica y que aplastan y manipulan a los pobres.

4. Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha: unos el ciento, otros el setenta y otros el treinta por uno…

Esta es la tierra de los buenos y honrados ciudadanos, de los honestos y transparentes. De los que creen que cambiando el corazón pueden transformar las estructuras de pecado. Es la tierra de los discípulos misioneros en la que Jesús podrá sembrar las semillas del Reino de Dios: la verdad que desenmascara la mentira, la vida que triunfa sobre la muerte, la santidad sobre la mediocridad, la gracia sobre el pecado, la justicia que detiene la manipulación, el amor que aniquila el odio y la paz que aleja la violencia.

Con optimismo y esperanza, ¡adelante!

Al concluir esta reflexión, les invito a mirar con optimismo el futuro de nuestra iglesia y de nuestro Departamento, haciendo nuestras las palabras de Jesús en el libro del Apocalipsis: “Mira, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5)

Como fruto de los granos que cayeron en buena tierra, aceptemos el desafío, como iglesia, de promover y formar discípulos misioneros para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos (AP 14). Este es uno de mis sueños que juntos haremos realidad.

Y tú, Sucre, tierra fértil, donde se proclamó la libertad y la justicia de los pueblos, tu reto, como sede del Poder Judicial, es hacer que la justicia sea independiente, creíble y confiable. Que tus fiscales, legisladores, magistrados, jueces, abogados hagan suyas las palabras del Profeta Amós: “Quiero que la justicia sea tan corriente como el agua, y que la honradez crezca como un torrente inagotable” (Am 5, 24) Escuchen las exigencias que el Señor les hace: “Tan solo que practiques la justicia, que sepas amar y te portes humildemente con tu Dios” (Mi 6, 8)

Y aunque no haya mucho que celebrar, agradezcamos el don de la vida, de la alegría y el gozo, que fortalecen nuestra fe y hacen viva nuestra esperanza.

Así podremos decir: ¡¡Felicidades Sucre!!, ¡¡Viva Chuquisaca!!

+Jesús Juárez Párraga, SDB.

ADMINISTRADOR APOSTÓLICO

Arzobispo emérito de Sucre