Feliz a quien ame al otro (FT # 1)
Arquidiócesis de Sucre/CEAS/08/10/2020.- Amada Iglesia en nuestra Arquidiócesis, con la misma emoción de quién ha sido sorprendido con un regalo extraordinario (la encíclica sobre la Fraternidad y la Amistad Social ), como Comunidades Educativas del Arzobispado de Sucre (CEAS), nos unimos a la gratitud a Dios por haber colmado a su SS Francisco con la luz del Espíritu Santo; de manera tal que pueda refrescar el amor que tenemos al Evangelio a través de sus contextualizadas reflexiones que nos convocan a vivir como hijos de un mismo Padre; es decir, como hermanos todos.
El día sábado 3 de octubre, se firma este documento, el domingo 4 se la presenta al pueblo de Dios y el día 5 el Evangelio del día nos pide reflexionar sobre Lc.10,25-ss (Parábola del Buen Samaritano) dónde se nos invita a recordar y vivir con honestidad el “Amar a Dios sobre todas las cosas” (Dt.6,5) y ya que es posible afirmar que el amor se expresa de manera concreta, se nos recuerda que este amor es inseparable del “amor al prójimo como a uno mismo” (Lv.19,18). Nuestra humanidad nos demuestra que quien ama no puede esconder este sentimiento pues el cuerpo expresa felicidad no sólo a través de una mirada viva y transparente, una sonrisa acogedora, un trato cortés y una actitud amable pronta al servicio.
Quien haya encontrado el amor, sabe que no estamos lejos de la verdad y es verdad también que en el contexto que vivimos, azuzado por el clima político, el abrirnos a amar al otro (que tiene una educación diferente, que vive en una región diferente, que tiene una visión diferente, que a su vez tiene comprensión diferente del mundo y de la sociedad) es un camino desafiante al que estamos convocados a recorrer.
Triste es el camino de quien antes de sembrar ilusiones y compartir alegrías, transita por esta vida abriendo surcos de intolerancia y destrucción. Su SS Francisco en la parte introductoria de esta encíclica nos comunica una gran enseñanza del santo de Asís “sin negar su identidad (…) no promuevan disputas ni controversias …”. Feliz sería nuestro proceso democrático actual si nuestros políticos y sus seguidores conocieran y vivieran esta invitación. Bolivia no será feliz si no se abre a la experiencia de conocer, aceptar al otro y juntos crecer en recíproco enriquecimiento. Recordemos, si todos hijos, todos hermanos y los hermanos bien pueden tener sus diferencias, pero jamás buscarán la muerte del otro (salvo aquellos enceguecidos por sentimientos contrarios a la vida y la comunidad).
El mismo documento recuerda “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios” (1Jn.4,16), por tanto, si nos confesamos creyentes y aún más creyentes en Jesús, rechacemos todo sentimiento que lleve a malograr la dignidad del otro, su vida y desde luego también sus bienes: “no podemos vivir sin el otro, o peor aún, uno contra el otro” (SS Francisco: Discurso por el 75 Aniversario de creación de la ONU).
Vivamos fraternamente, todos somos bolivianos; procuremos al menos cultivar la amistad social pues “Dios ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos” (FT # 5).
Somos Comunidades Educativas del Arzobispado de Sucre, Dios ha querido que el Evangelio sea vivido y su Espíritu contagiado desde esta vocación educadora para que “en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad” (FT#8). Que como bien señala este documento Dios nos conceda la disposición necesaria para soñar y construir juntos una nueva humanidad, empezando por ser al interior nuestro cada más una comunidad más al estilo del Evangelio. El Papa Francisco recuerda: “Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante” (Ibid) que, estando nuestra mirada en el cielo desde nuestras específicas comunidades, podamos contribuir en la formación de una ciudadanía cada vez más fraterna, más humana, más de Dios.
Querida Iglesia si Dios nos lo concede esta recta final iremos reflexionando sobre algunas frases que nos llaman la atención de este documento. Que el Espíritu De Jesús nos acompañe de manera tal que junto a las interpelaciones de la Laudato Sí, podamos hacer de nuestra oferta educativa un espacio de fraternidad universal consciente de la necesidad de una conversión ecológica integral.
C.E.A.S. “Para Servir y Dar la Vida” (Mt.20,28)