Mi Reino no es de este mundo

Mons. Jesús Pérez: “Mi Reino no es de este mundo”

Arquidiócesis de Sucre 27.11.18//Hoy celebramos la solemnidad de Cristo Rey. Esta solemnidad de Cristo Rey del universo, con la cual concluimos el año litúrgico, se celebraba antes, el último domingo de octubre, desde 1925, y la instituyó el papa Pio XI. En la reforma del papa san Pablo VI, en 1969, se la trasladó al último domingo del año litúrgico. Hay en esta solemnidad un acento escatológico y apocalíptico propio de los domingos de fin del año litúrgico. Así, el evangelio de Juan de esta festividad pone el tema de la realeza de Cristo. Él es rey tanto como Dios y como hombre. Sí, Cristo es rey de toda la humanidad, pero su reino no es de este mundo. Su reino es de verdad, justicia y santidad.

La liturgia de esta solemnidad nos invita a mirar y contemplar a Jesús levantado en lo alto de la cruz, pies en ella está la cátedra del amor auténtico de Dios y de la sabiduría. La cruz es el libro abierto que nos guiará hasta conseguir la vida donde no habrá mal alguno. Las lecturas, oraciones, cantos… nos ayudan en esta fiesta, a entrar en el misterio del reino de Cristo y comprender nuestra propia historia como un proceso del reino de Jesús que se está gestando y va madurando hasta el final del mundo. Ponemos nuestros ojos fijos en Cristo Rey del universo, como nos lo muestra el evangelista Juan en la hora de la donación como víctima salvadora ante el Padre. Pilato le pregunta a Jesús si es rey. Clara y rotundamente responde que es rey.

Esta seguridad de que Cristo es rey de todos, nos proporciona inmensa alegría y esperanza en todo el quehacer humano que tenemos. Porque todos los bautizados somos reyes en él y participamos de su riqueza de reyes en Cristo. La primera lectura del Apocalipsis nos señala que siendo él como es rey y sacerdote, nos ha convertido a nosotros en un reino y hechos sacerdotes de Dios, su Padre. Pero siempre debemos saber que el reino de Cristo no es como son los reinados del mundo. Jesús no es rey de este mundo porque no ha asumido funciones de poder temporal. Es muy cierto que, Jesús no es un rey de orden temporal, aunque por su fuerza moral y espiritual incide en las cosas de orden temporal.

Los bautizados y confirmados más aún, estamos llamados a formar parte del ejército de servicio al reino de Jesús, pues hemos recibido de Dios la misión de servir a los demás, “pues somos pueblo de reyes y sacerdotes “. El reino de Dios tiene la misión de servir a su reino “reino de verdad y vida, de santidad y gracia, de justicia, amor y paz”, como señala el prefacio de la misa de esta fiesta. Además del servicio a la verdad, hemos de trabajar intensamente con ardor en la defensa de los valores que caracterizan al reino de Dios. Para que la petición que hacemos en el rezo del padrenuestro, “venga a notros el reino de Dios”, sea auténtica, es necesario estar comprometidos en la construcción de este reino. Jesús quiere reinar en el corazón de cada cristiano, en las instancias sociales y en el mundo entero.

Sucre, 25 de noviembre de 2018

Fray Jesús Pérez, O.F.M.

Arzobispo emérito de Sucre

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