Incendios en Chiquitanía

Nataly Carrasco: “Somos Amazonía”

Con la premisa de tender puentes de diálogo y aprendizaje propiciando un espacio de escucha para construir juntos movimientos ambientales en el marco del Sínodo de la Amazonía, el Centro de Promoción del laicado Ricardo Bacherer, CEPROLAI, desarrolló los conversatorios “Somos Amazonía” en ambientes de la mencionada institución y en la parroquia San Pio X de la diócesis de El Alto.

La Amazonía es un estilo de vida, afirmó Willy Llanque, secretario técnico de la REPAM Bolivia, tenemos que entender esta relación entre ser humano y naturaleza. La ecología integral tiene que ver con factores económicos, sociales y políticos enmarcados en los principios de justicia que la iglesia plantea para que se apliquen en todos los ámbitos de la vida en una relación armoniosa con Dios, con nuestros hermanos y con la naturaleza; propiciando que nuestros actos dejen una huella ecológica.

Por lo tanto, es importante amazonizar a la iglesia para que nuestros pastores, nuestras autoridades entiendan la importancia del medio ambiente y laudatosificar la sociedad para que nosotros como laicos asumamos los conceptos de ecología integral del cuidado del medio ambiente en nuestra cotidianidad.

Es importante, desaprender, aprender y reaprender para una conversión ecológica que solo se consigue a través de la toma de conciencia social como parte de la construcción de una ecología integral, en la que todos somos coparticipes sostuvo por a su turno Heydi Galarza, teóloga, ecologista y una de las expositoras durante los mencionados conversatorios.

En una explicación pormenorizada Milton Castro como miembro de REPAM Bolivia y expositor en uno de los conversatorios, afirmó que es necesario fortalecer las relaciones naturaleza, ser humano, espiritualidades y comunidad dejando la cultura del descarte que da valor solo a lo material en desmedro de los seres vivos.
En los mencionados espacios de diálogo se instalaron cuatro mesas de trabajo: sociedad, familia, persona e iglesia, enfocadas en el análisis y reflexión sobre la importancia de la Amazonía y el cuidado de la casa común.
La conversión ecológica es fundamental, educar a los hijos en una conciencia del cuidado de la casa común a través de prácticas educativas ecológicas a partir del testimonio no solo significa “el decir” sino “el hacer” esa es la forma de enseñar a los hijos el respeto al medio ambiente. El cambio está en nosotros, como familia y de ese cambio que realicemos hoy dependerá el futuro de las nuevas generaciones, fueron las conclusiones a las que arribaron los participantes de las mesas de “familia” en ambos conversatorios.

En las mesas de “sociedad” se analizó la visión de una Bolivia que vuelve su mirada a la Amazonía justamente a raíz de los incendios de la Chiquitanía. Lamentablemente actualmente no existe una política para el desarrollo de una sociedad que no pase por el extractivismo depredando recursos naturales. Por lo tanto, es necesario la toma de conciencia social que lleve a la sociedad en su conjunto a evitar el consumismo y deterioro del medio ambiente.
El Papa ha tenido una actitud profética de denunciar el interés que hay por la Amazonía, por lo tanto, la iglesia tiene que asumir una actitud profética el reto está en que los párrocos, colegios católicos, profesores de religión y laicos caminemos juntos hacía una conversión ecológica y una nueva evangelización. Además, en la formación ecológica de niños y jóvenes en las catequesis de iniciación cristiana. El voluntariado ecológico es muestra del accionar del laicado y estamos invitados como iglesia a realizarlo en las regiones que ahora necesitan de nuestro servicio, fue el análisis realizado en las mesas de “Iglesia” que además destacaron el trabajo de la REPAM y la convocatoria del Papa Francisco a desarrollar el Sínodo de la Amazonía.

Finalmente, en las mesas de “persona”, se instó a los asistentes a evitar una falsa conciencia que solo dura unos días y a vivir una cultura del reciclaje y reutilización de productos conscientes de que esta es nuestra única casa común y que todos somos responsables de su cuidado.

La inmortalidad reside en la memoria de los otros, en la obra que dejamos, en nuestros actos y en nuestras actitudes por eso es necesario dejar que el fuego del Espíritu que habita en nosotros arda ante el clamor de justicia social y ecológica. Elevemos la voz y al unísono que se escuche en cada uno de los rincones del planeta que todos somos Amazonía.

 

[Fuente: Infodecom]