Nuevos novicios para La Provincia Misionera San Antonio de Bolivia

CENACOM 05.02.2020// La Provincia Misionera San Antonio de Bolivia inició febrero con la celebración de “Toma de hábito” de 5 jóvenes que ingresaron este año para el noviciado en el convento Santa Ana de la Recoleta.

El Ministro Provincial René Bustamante Hidalgo OFM, bendijo los hábitos y cordones para entregarlos a los jóvenes, “Reciban, queridos hermanos, el hábito de la probación, al empezar su noviciado en la Orden Franciscana. Su forma de Cruz es signo de su mayor participación al servicio de Cristo”. El Rito de entrega se realizó en el coro de la parroquia Santa Ana.

Impulsados por la inspiración divina vienen para experimentar su vida en la fraternidad de la Orden Franciscana y piden que juzguen su actitud para seguir a Cristo, según el ejemplo de San Francisco de Asís, pobre, humilde y amante de la Cruz, aprender a llevar el yugo del Señor con amor y alegría.

Los 5 novicios que tomaron el hábito el sábado son:

Álvaro Ramiro Arrazola de La Paz.

Carly Ortiz Nibuscha de Guacaraje-Beni

Marcelo Raúl Mercado Catoira de Tarija.

Daniel Gonzalo Zenteno Mercado de Cochabamba.

Oscar Tarifa Amaru de Copacabana – La Paz.

Paz y Bien…

TOMA DE HÁBITO DE CINCO NOVICIOS PARA LOS HERMANOS FRANCISCANOS #IglesiaSucre#ProvinciaMisioneraSanAntonioBolivia

Publiée par Arquidiocesis De Sucre sur Mercredi 5 février 2020

Noviciado

La segunda etapa de la formación franciscana se llama noviciado, después del postulantado. Los novicios viven en comunidad durante un año en el que un novicio (que significa “principiante”) discierne su vocación a la vida religiosa. Él trabaja en la profundización de su relación con Dios y desarrolla su identidad franciscana estudiando las Reglas y las Constituciones Generales, así como los votos de pobreza, castidad y obediencia.  Como miembro formal de la Orden, el novicio recibe la prenda distintiva franciscana, o hábito que consiste en una túnica marrón con una capucha y un cordón blanco que sirve como un cinturón.  Normalmente, el cordón tiene tres nudos, simbolizando cada uno de nuestros votos religiosos: pobreza, castidad y obediencia. Pero como el novicio aún no ha hecho esa promesa, el cordón no tiene ningún nudo.