Santa Clara de Asís

Mons. Jesús Pérez: “Mujer, libre, santa y llena de Fe”

Aunque por ser domingo, no se celebra hoy a los santos, la familia franciscana celebra y recuerda gozosa a una santa, santa Clara de Asís: Mujer, libre, santa y llena de fe, que  ha vivido en forma extraordinaria el seguimiento de Cristo. Ella vivió intensamente el amor a Cristo y a los hermanos.

Todo pueblo tiene en su historia una galería de héroes. Son las personas que se han distinguido en la tarea de servir y colaborar en la construcción de una patria más grande. El ejemplo de ellos constituye una constante motivación para las sucesivas generaciones.  También el pueblo de Dios, la Iglesia, tiene sus héroes: son las personas, hombres y mujeres, que han vivido  de una manera extraordinaria su fe, en la sencillez, haciendo lo ordinario en forma extraordinaria. A lo largo del año, los 365 días, la Iglesia nos presenta muchos santos y santas. Hoy, la segunda lectura, tomada de la carta a los Hebreos, nos invita a recordar a las personas que tuvieron una gran fe. Aunque por ser domingo, no se celebra hoy a los santos, la familia franciscana celebra y recuerda gozosa a una santa, santa Clara de Asís: Mujer, libre, santa y llena de fe, que  ha vivido en forma extraordinaria el seguimiento de Cristo. Ella vivió intensamente el amor a Cristo y a los hermanos.

Santa Clara oyó la llamada de Cristo a los dieciocho años, cuando disfrutaba de un presente y de un futuro propicio para tener una vida de plena felicidad, como normalmente piensan muchas personas. Al oír  el llamado de Cristo, no dudó en consagrarse a Jesucristo como su esposa. No lo dudemos, santa Clara se sentía mujer y mujer libre, para optar por Cristo, escogiendo vivir en virginidad, pobreza y obediencia. Su familia fue a sacarla del lugar donde comenzaba esta  nueva forma de vida en Cristo y por  Cristo. La gracia divina le fue dada en abundancia. La fe hace maravillas en las personas. Clara fue una mujer llena de fe, con la que convenció a los que querían llevársela a su casa.  La historia de la Iglesia está llena de mujeres que se han consagrado al Señor.

Cristo hace hoy una llamada a vivir en vigilancia, en espera de la vuelta del Señor, con las lámparas encendidas. Las comparaciones de Jesús son muy familiares y expresivas. Los criados deben estar preparados, porque el amo puede volver en cualquier momento de la fiesta de bodas a donde ha ido. El dueño de la casa debe estar despierto o atento, porque no sabe qué día y hora escogerá el ladrón para abrir un boquete. Jesús  nos enseña  con estas comparaciones cómo  debe ser de despierta nuestra fe. a) El mejor y más seguro banco de nuestras posesiones es el cielo. b) La actitud de los empleados que aguardan en vigilancia toda la noche, esperando que el patrón vuelva en cualquier momento. c) La del dueño de casa que no sabe cuándo puede venir el ladrón. d) La del administrador que debe estar preparado a rendir cuentas de su gestión en cualquier momento. Santa Clara, clara de nombre, pero mucho más de vida, es un ejemplo como vivir en continua vigilancia, esperando la venida del Señor. ¿Nos sentimos o vivimos esperando al Señor? Esto solo lo puede hacer el que ama con ardor a Dios. Santa Clara vivió en continua vigilancia esperando su único amor, su esposo, Cristo Jesús. Hoy son miles de mujeres que viven como santa Clara.

Sucre, 11 de agosto de 2019

Fray Jesús Pérez Rodríguez, OFM.

Arzobispo emérito de Sucre

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