“Nuestra Casa Común está en llamas”: Mensaje desde el Encuentro de Obispos con Pueblos y Comunidades Amazónicas de Bolivia

26.08.2019//CEB//Conferencia de Prensa en la Casa de Retiros Cardenal Maurer: Dio lectura el Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Aurelio Pesoa, acompañado por Mons. Ricardo Centellas, Presidente de la CEB, Mons. Eugenio Coter, Coordinador de la Red Eclesial Panamazónica en Bolivia, Mons. Robert Flock, Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, Herland Domínguez, del Comité de defensa del Río Madera, Willy Llanque, Secretario técnico de la REPAM en Bolivia.

“Nuestra Casa Común está en llamas”
Mensaje desde el “Encuentro de Obispos con Pueblos y Comunidades Amazónicas de Bolivia”

Clamor ante la catástrofe de los incendios en la Amazonía boliviana
1. Reunidos en Cochabamba los Obispos y los delegados de las Comunidades Amazónicas de
Bolivia en la preparación del Sínodo sobre la Amazonía que tendrá lugar en el Vaticano el
próximo mes de Octubre, nos sentimos todos consternados, indignados y casi impotentes
ante la catástrofe de los incendios forestales ocurridos en la Chiquitanía y en el Chaco
durante estos últimos días. Nuestra Casa Común está herida de muerte pues cerca de un
millón de hectáreas de nuestro bosque amazónico se consume bajo las llamas del fuego.
Los daños son enormes, aunque todavía incalculables, y afectan a la salud humana, a las
formas de vida de las comunidades indígenas, a la biodiversidad y a los servicios
ambientales.
Trágicas consecuencias de este desastre ecológico
2. Las consecuencias de este desastre ecológico son múltiples y trágicas porque, en poco
tiempo, constataremos la pérdida de biodiversidad, la contaminación de la tierra, del aire y
del agua, la peligrosa deforestación y la escasez de medios de subsistencia de sus
pobladores. Son efectos nefastos que no tienen precedentes históricos, repercuten más allá
de nuestras fronteras, particularmente con el territorio hermano de Brasil y, como dice el
Papa Francisco, en su Encíclica Laudato Si’, “cuando esas selvas tropicales son quemadas
o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies,
cuando no se convierten en áridos desiertos”. En efecto, el ciclo hidrológico se altera
drásticamente y, en este caso, puede ser causa de intensas sequías y desertificación tanto en
la Amazonía como en la región de los Andes.
Denuncia profética de las causas: un decreto imprudente
3. Al percibir que esta catástrofe es el resultado de la acción humana, tenemos que ejercer
nuestra misión profética para buscar y denunciar abiertamente sus causas. Nos parece
irresponsable por imprudente el decreto supremo nº 3973 del gobierno nacional, del mes
de julio pasado, mediante el cual se autorizan las quemas “controladas” de terrenos y el
desmonte, pero no se articulan las medidas sobre las condiciones y mecanismos para el
control efectivo de las mismas, lo cual favorece los chaqueos ilegales. El decreto es,
además, temerario y evidencia el desconocimiento real de los fuertes vientos y de la sequía
prolongada de esta estación en el oriente boliviano. Realmente nos quedan serias dudas
sobre las motivaciones de los últimos asentamientos humanos en la zona amazónica que
pretenden convertir zonas forestales en agrícolas sin razones éticas que los avalen.
El imperio de la lógica del capitalismo depredador de la naturaleza
4. Creemos que todo ello responde a la lógica imperante, también en nuestro país, del
capitalismo tecnocrático y agresivo con la hermana madre tierra y a un modelo de
desarrollo consumista y depredador de la naturaleza, que se manifiesta en los grandes
proyectos hidroeléctricos y de exploraciones de hidrocarburos, la ampliación de las
fronteras agrícolas, la demoledora construcción de carreteras y la vieja lógica extractivista.
Con ello se está atentando contra los derechos de los pueblos indígenas, consignados en la
legislación boliviana, entre otros, el derecho a ser informados y consultados sobre todas
estas intervenciones.
Acciones solidarias, eficientes y legales para afrontar la catástrofe
5. Por eso, como Iglesia, nos unimos en solidaridad al dolor y al clamor de la tierra y de los
habitantes de estos territorios, en especial a sus pueblos indígenas, custodios de la Casa
Común, ofreciendo ayuda material y donaciones. Valoramos el esfuerzo comprometido de
las personas e instituciones que afrontan con responsabilidad y sacrificio todo lo que está
pasando en la incendiada Amazonía.
Pedimos a todas las autoridades y al gobierno nacional que destinen urgentemente los
recursos necesarios para combatir el fuego y que gestionen con transparencia la ayuda
internacional adecuada para que los afectados puedan recuperarse y para evitar que este
desastre se torne incontrolable e irreversible. Asimismo exigimos al gobierno nacional
declarar las áreas de bosques afectados por el fuego como tierras de inmovilización, con
pausa ecológica y absoluta prohibición de todo cultivo y extracción, promoviendo sólo
actividades de reforestación. Además se deben revocar de inmediato las autorizaciones de
desmontes y chaqueos y, al mismo tiempo, hacer una auditoría técnica de las
autorizaciones realizadas que permita sancionar legalmente a los responsables de esta
catástrofe amazónica.
Nos unimos en oración a Dios, el Creador, pidiendo por los hermanos damnificados e
implorando la lluvia y la toma de conciencia de todos sobre el cuidado de la Casa Común.

Cochabamba, 25 de agosto de 2019
La Iglesia en la Bolivia Amazónica