Evangelio del día: Dios es nuestro Padre que quiere encontrarse con nosotros

Evangelio según San Juan 14,6-14

Arquidiocesis de Sucre04.05.18//PILDORAS DE FE//Dios te prepara un lugar en el Cielo: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré”. Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Cuando uno de los discípulos de Jesús le preguntó: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”, el Maestro respondió: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

La invitación del Señor a encontrarse con Él se dirige a cada uno de ustedes, en cualquier lugar o situación en que se encuentre. Basta tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso.

No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él.

Queridos jóvenes, el Señor quiere encontrarse con nosotros, quiere dejarnos “ver” su rostro. Me preguntarán: “Pero, ¿cómo?”. También Santa Teresa de Ávila, desde pequeña decía a sus padres: “Quiero ver a Dios”. Después, ella descubrió el camino de la oración, que describió como tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.

Por eso, yo les pregunto: ¿rezan? ¿Saben que pueden hablar con Jesús, con el Padre, con el Espíritu Santo, como se habla con un amigo? Y no un amigo cualquiera, sino el mejor amigo, el amigo de más confianza.

Prueben a hacerlo, con sencillez. Descubrirán lo que un campesino de Ars decía a su santo Cura: “Cuando estoy rezando ante el Sagrario, yo le miro y Él me mira”.(Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2015).

Todos somos pecadores, necesitados de ser purificados por el Señor. Pero basta dar un pequeño paso hacia Jesús para descubrir que Él nos espera siempre con los brazos abiertos, sobre todo en el Sacramento de la Reconciliación, ocasión privilegiada para encontrar la misericordia divina que purifica y recrea nuestros corazones.