“Trabajemos en la reconciliación y vivamos en fraternidad sacramental” Clausura Retiro Espiritual del Clero Diocesano 2021

CENACOM 02.02.2021// Al clausurar el retiro espiritual, el presbiterio de Sucre dio las gracias a Dios por los días de retiro donde pudieron renovar y reflexionar sobre su vida sacerdotal. En la eucaristía de clausura a los pies de nuestra Madre la Virgen de Guadalupe y unidos en oración  a través de las plataformas virtuales, clamaron la bendición de Dios y “la reconciliación en el presbiterio” así sobrellevar los desafíos, creciendo y caminando juntos como una fraternidad sacramental, tema de reflexión en la homilía del Arzobispo de Sucre Mons. Ricardo Centellas.

El Arzobispo de Sucre y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, envió una profunda reflexión a los clérigos durante la clausura, motivando a crecer unidos y en comunión, formando un  ambiente de Reconciliación.

“Entonces creo que tenemos grandes desafíos, tenemos un buen ambiente como sacerdotes, hay que seguir trabajando por la reconciliación, somos hermanos y ahí tiene que verse la madurez de nuestra fe, caminar juntos, estar juntos que nadie se margine del presbiterio todos somos parte y sigamos viviendo como fraternidad sacramental”.

HOMILÍA MONS. RICARDO ERNESTO CENTELLAS, ARZOBISPO DE SUCRE

EUCARISTÍA DE CLAUSURA DEL RETIRO ESPIRITUAL DEL CLERO DIOCESANO 2021 22 al 26 DE FEBRERO

“Trabajemos en la reconciliación, caminemos y vivamos en fraternidad sacramental” 

Hermanos Obispos, queridos hermanos sacerdotes:

Concluimos nuestros ejercicios espirituales estos días en este tiempo de meditación, de reflexión de recogimiento, para renovar nuestra vocación en nuestra misión recorriendo la historia, la vida de Moisés como imagen sacerdotal, creo que al concluir podemos renovar este compromiso de haber sido consagrados por el espíritu de Dios, somos enviados estamos con esta responsabilidad de acompañar al pueblo de Dios en chuquisaca, en Sucre en esta arquidiócesis y acompañar al pueblo, entrar en la vida del pueblo lo hemos visto a lo largo de estos días, lo hemos meditado no es fácil.

El protagonista es Dios

Acompañar al pueblo para que el pueblo viva del espíritu de Dios, de la palabra de Dios, esto es muy difícil no caminamos con el pueblo, no vivimos con el pueblo, para que nosotros seamos los protagonistas, el protagonista es Dios, el verdadero alimento está en la vida de Dios, es la palabra de Dios. Al comienzo del retiro se nos indicaba que meditáramos el comienzo de la vida de Moisés, ha creído en la salvación en la liberación, en la acción de Dios por que desde un comienzo él fue salvado, él fue liberado entonces no podemos hablar al pueblo de Dios, si antes no hemos tenido una experiencia de Dios, una experiencia de ser guiados conducidos y por eso encomendamos esta eucaristía por todo el presbiterio de Sucre, para que cada uno de nosotros podamos renovar nuestro sacerdocio en el espíritu de Dios y creo que siempre podemos experimentar “La Providencia de Dios”. El evangelio que hoy hemos escuchado es de la liturgia de la iglesia y Dios están providente que nos invita a meditar esta palabra de Dios justo para la clausura de un retiro, es como si hubiésemos buscado esta lectura para clausurar nuestro retiro.

Ve a reconciliarte con tu hermano

Al clausurar este retiro cada uno le da las gracias a Dios para que de verdad podamos renovar nuestra vida sacerdotal, pero también que se renueve la vida sacerdotal del presbiterio de la Arquidiócesis y para que esto vaya adelante, tenemos en esta lectura que hemos escuchado una invitación general “la reconciliación” ve a reconciliarte con tu hermano, los ejercicios espirituales es eso, reconciliarnos con Dios, reconciliarnos con nuestros hermanos y con nosotros mismos, al finalizar este retiro, este trozo del sermón de la montaña, los invita a la reconciliación, que sea un compromiso personal de cada uno de nosotros a  trabajar por la reconciliación en el presbiterio.

Tres aspectos a superar

No hay ningún presbítero que pueda levantar la mano y decir este trabajo, esta tarea, no es para mí, todo necesitamos trabajar para que crezca la experiencia del ambiente de la reconciliación, primero hay que superar estos tres aspectos:  que es irritarse contra su hermano, luego superar los insultos y finalmente las maldiciones. 

1.- ¿Qué significa irritarse?

Tratemos de comprender esto de irritarse contra su hermano ¿Qué significa irritarse? enojarse con el hermano, contra el hermano sacerdote, si nosotros pensamos y decimos que somos un presbiterio uno no puede trabajar contra su hermano, cómo puedo ir contra mi hermano, es inadmisible para que aparezca un espíritu de Reconciliación, tenemos que superar estas actitudes que nos hacen ir contra el hermano, sino todo lo contrario, trabajar a favor del hermano, un presbiterio existe para que nos ayudemos, para que nos colaboremos, para que nos apoyemos como decían nuestros viejos sacerdotes o antiguos sacerdotes que han pasado por este presbiterio; “Tenemos que aprender atendernos entre nosotros a cuidarnos, no solamente porque somos sacerdotes, si no porque eso es el espíritu cristiano, cuidar y  proteger al hermano”.

2.- ¿Qué es el insulto?

Que el Señor nos conceda este espíritu y luego de superar esto, ¿Qué es el insulto? insultar al hermano no hablar bien del hermano, todos tenemos cosas positivas, cosas negativas, tenemos defectos pero no tenemos que quedarnos en lo negativo, en nuestras fallas, en nuestros pecados.

3.- No puede existir entre nosotros el menosprecio

Al finalizar este retiro hagamos un compromiso personal, es decir no vamos a decir “Jamás voy a insultar” creo que no existe eso,  pero debemos  entrar en este proceso de respetar, de acoger, en definitiva de amar al hermano sacerdote, crezcamos en la unidad y la comunión en el presbiterio y que formemos un  ambiente de Reconciliación, ¿porque menospreciamos? a veces tenemos estos prejuicios, de que uno es mejor que el otro, el uno se cree superior al otro, lo contrario, pesa más llegar al nivel del otro, somos hermanos, somos una fraternidad sacramental, no puede existir entre nosotros el menosprecio, somos distintos, diferentes, por eso tenemos que aprendernos a valorar, a respetar a cada uno en su dignidad. Sin lugar a dudas que uno mira para adelante, otro no, eso es parte de la vida de un presbiterio, pero no es motivo para menospreciar, despreciar a nuestros hermanos.

Grandes desafíos, sigamos creciendo y caminemos juntos

Entonces creo que tenemos grandes desafíos a partir de esta palabra de Dios que hemos escuchado y al finalizar un retiro, presentemos en el espíritu de Dios, en la gracia de Dios, cómo presbiterio sigamos creciendo. Hemos visto estos días el buen ambiente que tenemos, los chistes, hablamos del uno del otro, qye  hay que trabajar y hay que seguir trabajando por la reconciliación, somos hermanos y ahí tiene que verse la madurez de nuestra fe, caminar juntos, estar juntos que nadie se margine del presbiterio todos somos parte y sigamos caminando.

AMEN